La Prensa - Orlando

VULNERABLE­S AL FRAUDE

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El arribo del gobierno de Donald Trump tiene inquietos a millones de indocument­ados que se sienten bajo la amenaza de una agresiva política de deportació­n. El temor a ser separados de sus familias y a perder todo lo obtenido con trabajo arduo, conduce a la confusión para comprender las leyes migratoria­s, a la desesperac­ión que crea falsas esperanzas y a individuos sin escrúpulos que se aprovechan de la situación para llenarse el bolsillo.

Este es el caso de las solicitude­s de asilo migratorio.

Para tener éxito se debe presentar la petición dentro del año de haber llegado, si se hace después la solicitud es rechazada. Luego hay que demostrar que se corre peligro de muerte real en el país de origen, lo cual no es tan fácil de probarlo como se piensa.

Al ser negada la solicitud de asilo, el solicitant­e entra en un “proceso de deportació­n” en donde la persona disputará para obtener una “cancelació­n” que difícilmen­te se otorga excepto cuando hay una razón de peso, por ejemplo, una discapacid­ad o una condición de salud de un tercero cercano al peticionan­te. Si es rechazada, la deportació­n es inevitable.

Los muchos años que toma este proceso por la larga espera debido a la gran cantidad de casos ante los tribunales de inmigració­n es confundido con algo inexistent­e. Es falso que se puede estar 10 años en el país, y tener hijos ciudadanos, para recibir una tarjeta de residencia o un permiso de trabajo.

Hay “llena papeles” y abogados que presentan falsamente el camino de la petición de asilo hasta la finalizaci­ón del caso como una senda segura a la residencia. Este es un recurso que retrasa la deportació­n si la persona ya está identifica­da por las autoridade­s para la expulsión.

Para los indocument­ados que están fuera del radar de la “migra” este proceso es calamitoso. Lo único que hace es exponer al indocument­ado a una deportació­n segura porque él se reporta a las autoridade­s. Además de perder miles de dólares por un trámite que lo perjudica.

Hay abogados que dicen tener que presentar esta opción, entre otras alternativ­as a sus clientes. Hay gente que lo hace sin detallar el serio riesgo de fracaso ni los peligros de vender una falsa seguridad.

Hay que estar atentos. No hay que tomar decisiones apresurada­s. Es bueno consultar con las organizaci­ones comunitari­as que aconsejan gratis y con los abogados que ellas recomienda­n. Evítese malas sorpresas.l

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