Entregan honor de oro
En un evento emotivo realizado en Kissimmee, los veteranos boricuas y sus familiares recibieron honor y reconocimiento
Borinqueneers y sus familias recibieron en Kissimmee un homenaje y réplicas de su Medalla de Oro Congresional
Al menos 60 veteranos y familiares de veteranos del 65° Regimiento Infantería conocido como ‘Borinqueneers’, recibieron sus réplicas de la Medalla de Oro Congresional y a otros se les entregaron también reconocimientos y documentos relacionados en una ceremonia emotiva en Kissimmee.
El evento abierto al público se realizó en el Kissimmee Civic Center, donde acudieron los Borinqueneers y sus familias, que tomaron fotos y videos de sus héroes, algunos caminando con bastones, andadores. Entre ellos estaban las viudas, hijos o familiares que recibieron la réplica en honor de los Borinqueneers que ya no están.
La Medalla de Oro es un premio otorgado por el Congreso de Estados Unidos, el reconocimiento civil más alto y prestigioso del país. El 13 de abril pasado se hizo la entrega oficial de la Medalla de Oro en Washington, evento al que muchos Borinqueneers asistieron. Pero otros no pudieron asistir por falta de recursos económicos, problemas de salud y otras razones.
Fue el caso de Narciso Villote Trujillo, de 87 años, que no pudo viajar por tener a su esposa enferma. Ahora junto a ella recibió este premio. Se mostró muy emocionado de recibir tal reconocimiento: “para nosotros significa mucho. Perdí un hermano en Corea, otro hermano fue herido, esta medalla es para ellos, se las dedico”.
Por su parte, Ángel Roura, de 90 años, estuvo junto a su hijo en Kissimmee. Él tampoco pudo viajar a Washington por los gastos económicos, y agradeció el gesto del Comité Nacional de la Ceremonia de la Medalla de Oro Congresional para los Borinqueneers para llevarles las réplicas a él y otros compañeros de lucha a nivel nacional.
“Ha sido una espera larga, pero estamos muy felices. Recibo con humildad y con mucho patriotismo esta medalla. Estos encuentros nos permiten compartir nuestras anécdotas y ha sido muy satisfactorio volvernos a encontrarlos, ellos son especiales para mí”, dijo Roura, residente de Orlando.
Mientras, Edwin Avilés, de 87 años, asistió junto a su esposa al acto. Aunque él sí asistió a la ceremonia de Washington, tenía que estar en este evento para agradecer a las personas claves que hicieron esto posible.
Precisamente, Wanda Rentas, comisionada de Kissimmee, y Carolyn Vega-Meléndez, enlace comunitario de la oficina del senador Marco Rubio, junto a Samuel Rodríguez, presidente del Comité Nacional de la Ceremonia de la Medalla de Oro a los Borinqueneers, y Albie Albertorio, miembro del Comité e hijo del Borinqueneer Aníbal Albertorio, fueron sorprendidos al recibir unas placas de agradecimiento por parte de los Borinqueneers.
“Wanda Rentas y Carolyn, han sido una gran bendición para nosotros, son como mis hijas, yo les digo mis princesas, y Albie es como un hijo. Construimos unos lazos de amistad que no se van a romper nunca”, expresó Avilés.
Por su parte, Vega-Meléndez agradeció entre lágrimas y expresó su regocijo al haber trabajado con amor por esta meta al igual que la comisionada Rentas. Y ambas coincidieron en que guardarán los mejores recuerdos de este trabajo en conjunto, siempre pensando en el bienestar de los Borinqueneers.
Rodríguez agradeció cantando “lo que me vaya a dar, que me lo den en vida”, muy acorde al reconocimiento que buscaron por años para darle a los Borinqueneers esta medalla en vida.
La ceremonia contó con dos invitados especiales: Samuel Rodríguez, ejecutivo del Comité Nacional de la Ceremonia de la Medalla de Oro a los Borinqueneers; y la general Marta Carcana, máxima autoridad militar de la Guardia Nacional de Puerto Rico, quienes fueron los oradores principales. Rodríguez destacó la ayuda de Carcana para lograr un donativo de $40,000 para hacer las réplicas de la medalla para los Borinqueneers en Puerto Rico.
El ejecutivo destacó que esta es la última ceremonia de 2016 y esperan seguir el próximo año además de iniciar la fase educativa. Para ello necesitan la ayuda de la comunidad porque no reciben dineros federales: “dependemos de la comunidad, necesitamos que nos ayuden para continuar”.l