DESAFÍOS 2017
De cara al cambio de timón en la Casa Blanca, analistas y activistas trazan el panorama de lo que le depara este año al país en general y a la comunidad inmigrante en Estados Unidos
Acasi dos semanas de que Donald Trump asuma la presidencia son muy preocupantes las acciones que se están tomando para gobernar. Especialmente las averiguaciones que se realizan en el área de inmigración del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que parecen ligadas al aumento indiscriminado de las deportaciones.
Un memo obtenido por la agencia Reuters sobre una reunión entre el equipo de transición de Trump y funcionarios de DHS muestra el interés poner en práctica varias de las promesas realizadas por Trump durante la campaña presidencial.
No es sorpresa que entre las consultas realizadas se quiera averiguar la viabilidad de levantar el muro en algunos sectores de la frontera. O que se quiera reforzar un programa de vigilancia aérea.
Lo inquietante fueron las preguntas sobre la expansión de la capacidad para tener inmigrantes detenidos, las órdenes y normas dadas de Obama y si se ha alterado internamente alguna información sobre inmigrantes para proteger sus derechos civiles.
Se teme que específicamente la combinación de estos tres aspectos está orientada contra los Dreamers.
Es indignante que se esté gestando una prioridad de deportación para los inmigrantes que fueron traídos por sus padres como menores de edad indocumentados. Ellos son los menos responsables de su condición legal, los más integrados a la sociedad estadounidense y los que tienen el mayor potencial para hacer aportes que enriquecen la economía.
El equipo de transición del presidente electo está haciendo averiguaciones en otra agencias federales. En algunos casos, las preguntas son lógicas para conocer la agencia, en otros dan la impresión de querer identificar -y quizás castigar- a funcionarios de carrera que han trabajado en proyectos contrarios al interés del gobierno entrante, como la lucha contra el cambio climático. Esto último es inadmisible.
Trump dijo planear la deportación de entre dos y tres millones de personas, también expresó en una oportunidad comprender la situación de los Dreamers y que había que “hacer algo para la gente esté contenta y orgullosa”.
Los estadounidenses expresaron una y otra vez en sondeos su oposición a deportar a estos jóvenes, mientras que en el Senado hay un grupo bipartidista que los quiere proteger. La mayoría de la gente estará orgullosa si se continúa protegiéndolos de la deportación.l