HONOR A LOS HÉROES CAÍDOS EN SERVICIO Y RESPETO A LOS OFICIALES DE SEGURIDAD PÚBLICA
Al reflexionar sobre mi tiempo como comisionada del Distrito 1, y ahora, en mi segundo término como su Alcaldesa, creo que el Condado de Orange nunca ha sido más fuerte, más unido o más confiado que ahora.
La respuesta de nuestra comunidad a la tragedia de Pulse demostró que el corazón y el alma del Condado de Orange están llenos de bondad y comprensión, y sirven de fundamento para nuestra reputación a nivel mundial como una comunidad con sentimientos profundos.
Trágicamente, la paz y tranquilidad del Condado de Orange fue quebrada nuevamente el pasado 9 de enero, cuando sufrimos la pérdida desoladora e incomprensible de dos queridos oficiales de las fuerzas policiales, la teniente Debra Clayton, del Departamento de la Policía de Orlando (OPD), y el oficial de primera clase (DFC) Norman Lewis, del Departamento del Sheriff del Condado de Orange.
La teniente Clayton perdió la vida mientras se encontraba protegiendo a residentes locales cuando, sin dudar, se acercó a un peligroso fugitivo que luego fue capturado por las fuerzas de seguridad pública. DFC Lewis también murió en el cumplimiento de su deber cuando respondió inmediatamente al llamado de auxilio en la búsqueda del peligroso sospechoso, quien había huido de la escena del crimen y la muerte de la teniente Clayton.
Nuestras comunidades nunca olvidarán los sacrificios hechos por la teniente Clayton y DFC Lewis, y permanecemos entristecidos por sus padres, abuelos, hijos, hermanos, compañeros oficiales y amigos. Mientras continuamos apenados por esta devastadora pérdida, hacemos todo lo posible por apoyar a sus familias y por siempre honrar el legado y las vidas de nuestros héroes locales que fueron arrebatados de nuestra presencia demasiado pronto.
Una manera de honrar a estos y a todos los oficiales de seguridad pública es respetando y agradeciendo sus contribuciones y recordando que, cada día, los valientes hombres y mujeres de las fuerzas de orden público dejan sus hogares y sus familias –sabiendo que quizás no regresarán– y arriesgan sus vidas por mantenernos seguros.l