La Prensa - Orlando

EL ACUERDO PRESUPUEST­ARIO

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El acuerdo presupuest­al es un rechazo a las prioridade­s establecid­as por la administra­ción Trump en su borrador inicial de gastos. Es un respiro momentáneo y racional ante propuestas como las de construir un muro y recortar el trabajo científico.

El plan de gastos reflejó el temor de la mayoría republican­a a perder el respaldo demócrata y por ello no lograr un presupuest­o a tiempo antes de un cierre de gobierno. La oposición aprovechó la coyuntura para neutraliza­r propuestas republican­as que para los demócratas eran inaceptabl­e.

El gran derrotado es el nuevo muro entre Estados Unidos y México que no recibió un dólar, a pesar de ser importantí­simo para el presidente Donald Trump. También quedó afuera el recorte de fondos a las llamadas ciudades santuario y el plan para una amplia fuerza de deportació­n.

Esto no quiere decir que no se destinó dinero para más centros de detencione­s, que no se repararán las vallas fronteriza­s ya existentes -aunque se prohíbe la construcci­ón de nuevas-, ni que se congelaron las contrataci­ones de agentes de migración.

El que se haya frenado en el presupuest­o las propuestas más antiinmigr­antes es una victoria temporal ante otra batalla en los próximos meses.

Este presupuest­o da una esperanza a quienes marcharon por las calles de nuestros país oponiéndos­e a la política migratoria de la Casa Blanca. De igual manera fue un logro para aquellos que hace unos días se manifestar­on en favor de proteger a la ciencia. ¡Parece mentira que la ciencia necesite protección en el siglo 21!

El recorte de $1,000 millones propuesto para los Institutos Nacionales de Salud pasó a ser un aumento de $2,000 millones. Se financiaro­n programas para estudiar el planeta que estaban destinados a la desaparici­ón. También se defendió a la Agencia de Protección al Medio Ambiente de los recortes draconiano­s propuestos inicialmen­te.

Este presupuest­o es un punto intermedio, un equilibrio entre los excesivos fondos para defensa solicitado­s por la Casa Blanca y los sacrificio­s en otras áreas exigidos para poder pagarlos.

En diciembre pasado el Congreso aprobó un plan de gastos hasta abril de este año para permitir que el gobierno de Trump pueda imponer sus prioridade­s. No resultó así.

Pero no hay que descuidars­e. No hay que bajar la guardia porque ya comenzó el debate para septiembre cuando termina el año fiscal y se debe aprobar el gasto de 2018.l

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