DREAMERS NO DEBEN BAJAR LA GUARDIA
El quinto aniversario de DACA llegó con el anuncio de que el programa sigue sobreviviendo la ola antiinmigrante en la era Trump.
Es cierto que junto con el anuncio oficial, de que la protección contra la deportación de los menores que fueron traídos de modo indocumentado a EEUU seguía en pie, vino una advertencia del Departamento de Seguridad Interna, afirmando de que DACA seguía en proceso de revisión.
Esta condición puede ser perfectamente un mensaje para que los cerca de 742,000 beneficiarios, conocidos como dreamers, no se confíen. Para que no haya una confusión con el anuncio de que DAPA desaparece o para calmar las protestas de los enojados porque Trump no eliminó el programa desde el primer día tal como lo prometió en la campaña.
Lo seguro es que la protección para los padres de ciudadanos y residentes legales fue una esperanza que oficialmente desapareció, aunque nunca entró en vigencia. Los tribunales la detuvieron durante el gobierno anterior y el actual rechazó defenderlo.
En cambio, para DACA el anuncio es una gota de oxígeno porque era innecesario decir que sigue vigente. Ya se sabe que en estos meses se otorgó el beneficio a más de 17,000 personas y se reautorizó a otros 100,000.
Se pudo mantener en silencio en vez de recordarles a los aliados antiinmigrantes de Trump que no cumplió con la promesa de eliminar una de las supuestas amnistías del ex presidente Obama. Trump no gana nada con esto, su impopularidad a esta altura entre los inmigrantes es demasiado grande.
Por otro lado, se sabe que las autoridades de inmigración siguen con mucha atención a los dreamers. Ellos están aprovechando cada oportunidad para encontrar un motivo que justifique quitarles la protección de DACA o no renovársela.
El peligro para los dreamers sigue presente, lo que se dio con un cambio de prioridades en deportaciones se puede quitar de la misma manera. Hay que tener presente que esta administración se caracteriza por lo impredecible.
La ambivalencia de Trump en este tema, como prometer mano dura y luego hablar bien de los jóvenes dreamers, es un ejemplo de la dificultad de poner a los indocumentados en una misma bolsa. Los tribunales ayudan por ahora a los dreamers, pero no se puede contar con ellos siempre.
El único camino es el Congreso. Es avanzar en alguno de los proyectos de ley como el HR1468 y el HR496/S.28. El primero, que cuenta con el respaldo de 16 republicanos, les otorga a los dreamers un estado legal. El segundo, que también tiene apoyo biparti- dista, los protege hasta que haya una reforma migratoria.
Si Trump realmente defiende DACA por los jóvenes, debe respaldar estos medidas para darles la seguridad que merecen.l