La Prensa - Orlando

Un día de reflexión sobre Venezuela

En un evento cívico este 7 de julio en Kissimmee se orientará a venezolano­s en la Florida Central y se informará a la comunidad en general sobre la situación en Venezuela

- Cecilia Figueroa Especial para La Prensa B@ceciliafig­ueroa

Los venezolano­s Teresa de Jesús Arzola y Gerardo Enrique Romero llevan dos años viviendo en Orlando, como muchos otros compatriot­as que se han mudado a Estados Unidos huyendo de la violencia que se sufre en Venezuela. Pero lejos de la tierra que los vio nacer, guardan la esperanza de que la democracia y la justicia prevalezca­n en su país.

Ellos y muchas otras personas se aprestan a unirse en el evento cívico ‘Día del Refugiado Venezolano’ que se realiza, por noveno año consecutiv­o en el Condado Osceola, el próximo 7 de julio. Será un día simbólico y de gran significad­o para ellos dada la difícil situación que vive Venezuela, con protestas intensas desde hace tres meses que ha dejado casi 90 muertos.

“Creo que salí de Venezuela a tiempo, me vine con el corazón dividido, pero era la única salida. Uno de los sectores más golpeados es la educación, hay mucha ausencia escolar y no había recursos, ya el último semestre que trabajé en la universida­d ni me pagaron. Cada mes se hacían más difícil pagar las cuentas”, relató Arzola, madre de un hijo de 21 años, quien tuvo que quedarse en Venezuela con su padre por no contar con una visa estadounid­ense.

“Cada día estoy rezando, estoy en contacto con él, igual con mis hermanos que son muy activos allá en las protestas y vivo preocupada de las cosas que están pasando. Pero, por lo menos yo, desde aquí puedo ayudarlos, les envío dinero y estoy luchando para salir adelante”, dijo esta maestra venezolana, quien impartía clases de inglés privadas y para quien incluso esa entrada de dinero se vio afectada: “la gente tenía que escoger lo que es prioritari­o para sus vidas como los alimentos”.

Ella dice que vivió represalia­s del gobierno a nivel laboral. E incluso tuvo un gran susto cuando personas invadieron su casa y la amenazaron junto a su hijo: “eso fue una advertenci­a. Sentí mucho miedo de salir a la calle y ya no podía vivir así”.

Arzola llegó a Estados Unidos deprimida pero con ganas de salir adelante, empezó a trabajar en limpieza de hoteles y, gracias a sus conocimien­tos de inglés, trabaja como traductora y prepara a estudiante­s para exámenes de ciudadanía.

“Agradezco a este país la oportunida­d de estar aquí…, quizás allá en mi país estuviera muerta. La paz que aquí hay la valoro mucho. En comparació­n con el patrón de violencia en mi país, me pongo a llorar por aquellas madres,

rezo por aquellas madres que ven a sus hijos cada día salir a las calles a defender la democracia”.

De igual forma, su compatriot­a Romero, profesor universita­rio, afirma que sufrió atropellos del gobierno y busca asilo político en Estados Unidos, donde labora como conductor de Uber en Orlando y sus alrededore­s.

“No tenía otra alternativ­a que salir, he venido a Orlando desde hace 40 años como turista, es muy diferente venir a vivir, pero uno tiene que adaptarse. Todo inmigrante sufre al principio, siempre estás más cómodo en casa, en tu país, pero en estos momentos no se puede por las condicione­s de seguridad en mi país”, cuenta Romero.

Activista y dirigente político, Romero afirma que fue perseguido por ser opositor del gobierno: “como profesor universita­rio utilice la tribuna de mi aula, y como yo le decía ‘mi trinchera’, para tratar de que mis estudiante­s entendiera­n que las ideologías no nos dividan”.

Por su parte, Alfonso Ramos, director de la organizaci­ón sin fines de lucro Justice Shall Be for All, en Kissimmee, adonde acuden muchos venezolano­s y personas de otras nacionalid­ades a asesorarse sobre los trámites de asilo político, dijo que sigue aumentando la cantidad de personas que llegan empujados por la crisis y que muchas veces llegan con lo puesto: “hay una señora con tres hijos que están buscando de todo para poder vivir, cosas para su apartament­o, no tiene dinero”.

En su oficina que abrió hace 10 años en Kissimmee, Ramos estima que recibe de 15 a 20 personas cada día, de los cuales el 50% son de origen venezolano.

Por ello, organiza el evento ‘Día del Refugiado Venezolano’ para resaltar el valor cultural de Venezuela y levantar conciencia de lo que vive este país. Cada año, el gobierno del Condado Osceola le entrega a Ramos una proclama y este año lo hará también la Ciudad de Kissimmee.

“Esperamos que muchos nos acompañen en este evento donde queremos compartir con la comunidad, resaltar el valor humano de esta gran comunidad que está sufriendo y ha sido obligado a vivir en la diáspora, día a día es más doloroso lo que vive nuestro país y no estamos ajenos a lo que sucede allá. Queremos pedirle al gobierno que conceda el alivio migratorio para los venezolano­s como lo hicieron con los cubanos”, señaló Ramos.l

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 ?? CECILIA FIGUEROA / LA PRENSA ?? El venezolano Alfonso Ramos, director de organizaci­ón Justice Shall Be for All, en Kissimmee, organizado­r del ‘Día del Refugiado Venezolano’ en el Condado Osceola, junto a sus compatriot­as Teresa de Jesús Arzola y Gerardo Enrique Romero.
CECILIA FIGUEROA / LA PRENSA El venezolano Alfonso Ramos, director de organizaci­ón Justice Shall Be for All, en Kissimmee, organizado­r del ‘Día del Refugiado Venezolano’ en el Condado Osceola, junto a sus compatriot­as Teresa de Jesús Arzola y Gerardo Enrique Romero.

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