LA BENDICIÓN DETRÁS DE LA OBEDIENCIA
Por naturaleza el ser humano nace desobediente, nos es muy difícil obedecer, es innato en nosotros la rebeldía y siempre tenemos que pagar un precio muy alto por nuestra desobediencia.
Este problema se remonta desde el principio de la creación, cuando nuestros primeros padres entraron de desobediencia, perdiendo así todas las bendiciones que el Señor tenía para ellos; ya les había ordenado que de todo árbol podían comer; más del árbol del bien y del mal no podían comer porque el día que de él comieran, morirían.
Fue una orden, pero lo primero que hicieron fue desobedecer y lo triste de todo esto es que nosotros heredamos este pecado y está dentro de nosotros. El Señor nos dio libre voluntad y está en nosotros obedecer o no. A nadie obliga pero lo cierto es que hay grandes bendiciones por obedecer y consecuencias graves por desobedecer.
La obediencia nos lleva a tener éxito en nuestra vida en todos los campos de nuestra existencia, pero principalmente en lo espiritual. Recordemos que este fue el gran secreto que Dios lo dio a Josué cuando le dijo que guardara todas las leyes escritas en el libro de la ley (La Biblia), para que prosperara en todo y todo le saldría bien.
La obediencia nos lleva a la entrada del reino celestial, ya que el mismo Jesucristo nos dice que no todo el que dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad (obedecer) del padre que está en los cielos.
La vida es muy sencilla y agradable pero nosotros mismos la complicamos y muchas veces perdemos las bendiciones que el Señor tiene para nosotros por nuestra desobediencia. Seamos obedientes y aceptemos a Jesucristo como nuestro Salvador.
Se me portan bien y buen genio.