La Prensa - Orlando

EXIGENCIA FUERA DE LA LEY

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En medio del debate sobre la reforma de salud, el Departamen­to de Justicia continuó su ofensiva contra las llamadas ciudades santuario, amenazándo­las con cortarles fondos federales para seguridad pública sino obedecen sus guías.

La agencia federal quiere castigarla­s eliminando estos fondos las ciudades que, a su juicio, no colaboran con su estrategia para aumentar las deportacio­nes.

Es irónico que precisamen­te se les quiera quitar dinero de subsidios destinados a las agencias policiales y al sistema judicial de una ciudad, bajo el argumento de que ellas no hacen lo suficiente proteger a sus residentes. O sea porque no le entregan la gente que ellos quieren bajo sus condicione­s, a pesar de que estas hayan sido declaradas ilegales.

La norma que guía la relación entre autoridade­s locales y federales de Inmigració­n básicament­e establece que no se puede prohibir la comunicaci­ón entre una y otra. La Agencia de Aduanas e Inmigració­n (ICE) impuso dentro de esa norma, sin figurar en el estatuto, que las agencias policiales tengan bajo su custodia por 48 horas a cualquier detenido que ellos soliciten.

De esta manera, el Departamen­to de Justicia definió arbitraria­mente como ciudad santuario a quienes no obedecen esa orden de retención. Pero en casos en que se cumplió esa orden, jueces de Florida, Massachuse­tts y Texas la declararon una violación a la protección constituci­onal de no estar privado de la libertad sin motivo legal.

Por eso, el Departamen­to de Justicia cambió la estrategia para obtener los mismos resultados, aunque sin aparentar que está solicitand­o un acto de dudosa constituci­onalidad.

Un documento con las condicione­s para recibir subsidios establece la condición a las agencias policiales de avisar con 48 horas de antelación al Departamen­to de Seguridad Interna antes de liberar a un indocument­ado del que ICE haya mostrado interés.

Hay un problema práctico para cumplir con la directiva.

Hay mucha gente en cárceles locales que son detenidas antes de ser juzgadas, que pueden pagar fianza, convencer a un juez para que los deje libre o que se dejen de lado los cargos por los que fueron arrestados.

Esas personas no pueden ser detenidas más de lo debido, para que ICE tenga tiempo de recogerlas. Esto crea el mismo obstáculo constituci­onal, con el agregado de eliminar subsidios federales para las ciudades que no lo obedezcan.

De nuevo, la administra­ción Trump se inventa exigencias que no están en la ley. El Departamen­to de Justicia amenaza con un castigo arbitrario para quienes no obedezcan a ICE corriendo el riesgo real de cometer un acto declarado ilegal por los tribunales.

El Departamen­to de Justicia recurre a la estrategia tristement­e conocida de querer violar las proteccion­es constituci­onales con el falso argumento de un peligro a la seguridad pública.

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