LLUEVE SOBRE MOJADO
La designación del general John Kelly como jefe de despacho del presidente Donald Trump y, por ende, la posibilidad de que otra figura extremista asuma las riendas del Departamento de Seguridad Nacional que deja vacante Kelly, lanza otro cubetazo de agua fría a los inmigrantes, sus familiares y sus aliados.
No se trata únicamente de que Kelly haya estado implementando al pie de la letra la agenda antiinmigrante de Trump, desechando la discreción y deportando inmigrantes sin historial delictivo. Es que ahora Kelly estará directamente en la Casa Blanca laborando con personajes que llevan la batuta antiinmigrante, como el asesor Stephen Miller, un exempleado del exsenador de Alabama y ahora “apabullado” secretario de Justicia, Jeff Sessions, quien, aunque Trump le ha hecho el feo, es otra figura antiinmigrante que maneja esa agenda al pie de la letra.
Y es además que comienzan las apuestas sobre quién será el sucesor de Kelly en el DHS. Se menciona al secretario de Estado de Kansas, Kris Kobach, autor de algu- nas de las leyes estatales más antiinmigrantes, como la SB 1070 de Arizona y la HB 56 de Alabama. Y es autor de leyes estatales que según él buscan combatir el fraude electoral, aunque en realidad intenten suprimir el voto de minorías.
Lo más preocupante de todo este cuadro es que ante la parálisis legislativa y los reveses legislativos, ahora más que nunca Trump parece echar mano de su agenda antiinmigrante como su tabla de salvación.
En esta Casa Blanca caótica y disfuncional lo único consistente es su agenda antiinmigrante.
Su fuerza de deportación sigue removiendo inmigrantes sin historial delictivo; siguen en pie sus planes de deportaciones expeditas incluso más allá del radio de 100 millas de la frontera y de quienes no puedan probar que llevan más de 90 días viviendo continuamente en EUU; el futuro de DACA sigue siendo incierto; y el muro, verja, valla o lo que sea, ya tiene su enganche para ir avanzando a retazos.
El viernes en un discurso en Nueva York para publicitar el combate a la MS-13, Trump pasó por alto que la mayor parte de los pandilleros detenidos en operativos federales son ciudadanos estadounidenses, no indocumentados.
Y lo que falta, pues en inmigración sigue lloviendo sobre mojado.