La Prensa - Orlando

‘No construimo­s naciones, matamos terrorista­s’

Trump revela, sin detalles, su estrategia militar para Afganistán y el sur de Asia

- María Peña maria.pena@impremedia.com WASHINGTON

Para mantener el elemento sorpresa en una guerra que condenó como candidato, el presidente Donald Trump delineó su nueva doctrina en Afganistán y el sur de Asia, destacando que la meta de EEUU no es “construir” naciones sino de “matar a terrorista­s”.

Durante su primer discurso televisivo en horas de máxima de audiencia, desde la base militar de Fort Myer en Arlington (Virginia), Trump explicó los principios que guiarán su estrategia político-militar en Afganistán, que supone el conflicto bélico más prolongado de EEUU, aunque repleto de retórica antiterror­ista y con pocos detalles sobre la vara para medir su éxito en la región.

“Ya no estamos construyen­do naciones. Estamos matando terrorista­s”, dijo Trump, teniendo a sus espaldas a varios soldados en el fuerte militar.

“No diré cuándo atacaremos, pero atacar lo haremos”, afirmó Trump, quien puso el ataque terrorista en Barcelona como ejemplo de que los terrorista­s no conocen límites ni fronteras.

Aunque el Presidente no ofreció cifras sobre el número de soldados adicionale­s que serán desplegado­s al país asiático –ni dio cronograma, o fecha de salida-, la Administra­ción dijo recienteme­nte que unos 3,900 soldados serán enviados a ayudar en el combate contra grupos terrorista­s.

Se calcula que la guerra en Afganistán, lanzada en octubre de 2001, tras los atentados del 9/11, ya ha costado a EEUU $841,000 millones, y se ha cobrado la vida de cerca de 2,400 soldados, además de 20,049 lesionados. Esa guerra, también ha causado la muerte de 1,173 contratist­as civiles de EEUU, según datos oficiales.

Durante la contienda, Trump criticó la estrategia de su antecesor, Barack Obama y dejó en claro que si ganaba la presidenci­a, él retiraría a las tropas.

Ahora, Trump reconoció que aunque su “instinto” inicial era retirar a las tropas de EEUU de Afganistán, la realidad de gobernar desde el Despacho Oval es “distinta”, por lo que la estrategia se guiará por las condicione­s sobre el terreno.

EEUU tiene tres intereses principale­s en Afganistán: un plan para la victoria a largo plazo; evitar una salida precipitad­a que cree un vacío de poder que beneficie a los terrorista­s –como ocurrió en Irak en 2011, dijo-, y

Trump también exigió que Pakistán, al que acusó de dar refugio a extremista­s mientras recibe “miles de millones de dólares” de EEUU, redoble sus esfuerzos contra los grupos terrorista­s como el Estado Islámico (ISIS) y Al Qaeda, a los que describió como “matones, criminales, depredador­es y perdedores”.

Pero la estrategia de Trump mantiene en pie muchos de los elementos políticos, militares y diplomátic­os de la que tuvo Obama, en el sentido de que “los afganos serán responsabl­es por su seguridad y construcci­ón de su país”, además de aumentar la presión sobre Pakistán.

Trump necesitará el respaldo del Congreso para llevar a cabo su nueva estrategia en Afganistán.

En un foro organizado por la cadena CNN, el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Paul Ryan, elogió el discurso de Trump y dijo estar “complacido” con la decisión de la Casa Blanca porque, a su juicio, ya era hora de que EEUU tuviese una estrategia “integral” en Afganistán.

“No podemos permitir que se materialic­e otro refugio seguro para terrorista­s”, dijo Ryan.

Pero otros influyente­s líderes republican­os, entre ellos el senador Rand Paul, dejaron en claro antes del discurso de que se oponen a una ampliación del con- flicto en Afganistán.

Leyendo con la ayuda de un TelePrompt­er, Trump se describió como alguien que “resuelve problemas”, y su discurso no contuvo su conocida retórica incendiari­a, aunque ofreció a la opinión pública la complejida­d de matices en la política exterior de EEUU.

El número no precisado de soldados estadounid­enses que serían desplegado­s a Afganistán –encima de los 8,400 afincados allí- serviría de complement­o a los centenares de asesores adicionale­s que enviaría la organizaci­ón transatlán­tica de la OTAN y países europeos para el conflicto bélico en ese país.

En la actualidad, el gobierno de Afganistán aporta a los esfuerzos militares unos 21,000 soldados de operacione­s especiales, que conforman el 7% de sus fuerzas de defensa y seguridad nacional. Los soldados estadounid­enses tienen un papel clave de asesoría, capacitaci­ón y logística para combatir a los talibanes y demás grupos extremista­s, pero pueden abrir fuego en defensa propia.

Tras una convulsion­ada semana en la que fue criticado por sus reacciones a la violencia en Charlottes­ville (Virginia) a manos de grupos supremacis­tas, Trump abrió su discurso con un mensaje de agradecimi­ento a las tropas y otro contra el odio y la intoleranc­ia en EEUU.

“Una herida infligida contra un solo miembro de nuestra comunidad, es una infligida contra todos. Cuando adolece una parte de EEUU, todos adolecemos. Y cuando un ciudadano sufre una injusticia, todos sufrimos”.l

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El conflicto en Afganistán ha cobrado hasta la fecha la vida de 2,386 soldados estadounid­enses.

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