SOBREVIVIENDO
Como todos saben, el huracán María azotó a Puerto Rico con gran fuerza. Yo acababa de regresar de la Florida Central luego del huracán Irma. En 1989 viví los estragos de Hugo en Carolina del Sur y pensé “esto es igual”. ¡Qué equivocada estaba!
Mis ojos se llenan de llanto al pensar en todos los que han perdido sus casas, sus recuerdos, su sentido de seguridad. No es lo mismo ver destrucción por televisión que verla “en persona”.
Es bello ver a vecinos ayudando a vecinos, pero tristísimo cuando me entero de vandalismos, robos, amenazas. Hay filas en todos lados para necesidades básicas, gasolina y dinero en efectivo. En realidad no sabemos lo que está pasando ya que los medios de comunicación están averiados. Las noticias que escuchamos en las filas no son alentadoras, pero sabemos que está llegando ayuda.
Aunque los puertorriqueños buscamos el humor y la alegría y hacemos una fiesta hasta para “bautizar a las muñecas”, las miradas de ansiedad y la frustración se están notando por todos lados.
Trauma viene en todos grados y cada uno de nosotros reaccionamos diferente. Es importante tomar tiempo para respirar profundo y para preguntarles a nuestros niños, jóvenes y demás familiares cómo se sienten.
Una de las cosas que el mundo moderno de tecnología avanzada no nos ha enseñado es cómo sobrevivir desastres naturales. En partes de Alaska dan cursos de sobrevivencia a los niños y jóvenes como requisito para graduarse. Tal vez es el momento aprender de ellos.
Nos hemos vuelto cómodos y tomamos por sentado que nada va a suceder. No olvidemos que es mejor prevenir. Manny Soto, director de Emergencias de Orlando, se pasa recalcando prevención y preparación. Hagamos lo posible por escucharlo. No podemos evitar desastres, pero podemos tener un plan de sobrevivencia. ¡Puerto Rico se levantará de las cenizas como el ave Fénix!l