FATIGA EMOCIONAL
Ayer pude comunicarme con una amiga que también es consejera clínica y ha estado ofreciendo apoyo a personas lidiando con el impacto de los huracanes, los terremotos y la matanza de Las Vegas. Me dijo que se sentía abrumada por todas las emociones que estaba sintiendo al escuchar los relatos y al ver las imágenes por televisión.
Otra amiga que por fin pudo hablar con su familia luego de dos semanas sin saber de ellos luego del paso de María, me indicó que no está durmiendo bien, que no tiene energías y se la pasa llorando. Otros no pueden comer o están comiendo por la ansiedad. He leído mensajes de otros amigos sintiéndose culpables por irse a otros estados o ciudades a buscar mejores condiciones. Estos son síntomas de fatiga emocional.
Los que han sido afectados directamente tienen síntomas de trauma primario. Aquellos que los han vivido a través de la televisión, medios sociales o escuchando las experiencias de los que vienen buscando ayuda, sufren de trauma secundario.
Llevamos meses en que hemos visto devastación y tragedias una tras otra sin darnos tiempo para recuperarnos. Aunque la urgencia es grande, es imperativo que tomemos tiempo para respirar hondo y descansar emocionalmente.
Dirán “¿cómo puedo hacerlo sin sentirme culpable?”. Si no lo hacen podrían enfermar y entonces quién ayuda. Algunas sugerencias son tomar una hora para escuchar música calmante, dibujar mandalas sanadoras (las pueden encontrar en internet), hacer ejercicios de Yoga, Tai Chi o simplemente caminar.
Podemos ayudar mucho más si nos cuidamos y recargamos nuestras baterías. En los aviones nos dicen que nos pongamos las máscaras de oxígeno primero y entonces ayudemos a los demás. ¡Qué Dios los bendiga por todo lo que están haciendo para ayudar!