Las víctimas
Ariel Erlij, quien había organizado el viaje, no pudo subir al avión porque le habían surgido algunos contratiempos impostergables. Pero no iba a dejar al grupo. Fue a despedir a sus amigos, y al día siguiente voló hacia Nueva York para unirse a sus excompañeros del “Poli”. Erlij, de 48 años, fue uno de los que incentivó el viaje y ayudó a costear los pasajes al grupo. Era un empresario reconocido.
Alejandro Damián Pagnucco, de 49 años, alias Picho, vivía en Funes también, cerca de Rosario, y también era arquitecto. Pocho, como le decían sus amigos, trabajaba desde 2011 como ejecutivo de cuenta de la empresa de venta de materiales Femaco.
Hernán Ferruchi, otra de las víctimas fatales del ataque terrorista, era arquitecto en Rosario, donde estudió en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) tras graduarse en el Instituto Politécnico en 1987.
Esa misma profesión la compartía Diego Angelini, otras de las víctimas, quien tenía un estudio en pleno centro de Rosario. Tenía tres hijos
Hernán Mendoza socio fundador del estudio “Amascuatro”, junto con Ariel Benvenuto, otro arquitecto que formó parte del grupo, y se salvó de milagro.