La Prensa - Orlando

El corazón se cuida desde la infancia

Hay que prestarle atención a este órgano desde que el bebé está en el vientre

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Aunque las enfermedad­es del corazón se diagnostic­an típicament­e en la edad adulta, tristement­e, sus raíces comienzan durante la niñez. Más aún, desde la vida intrauteri­na, ya que la salud cardiovasc­ular de la madre influye directamen­te sobre el feto y juega un papel importante en la salud del futuro bebé.

Por lo que el corazón debe cuidarse a temprana edad y recae en los padres fomentar en sus hijos los hábitos que promueven la buena salud cardiaca.

“Al nacer el bebé, este cuidado empieza con la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida y continua hasta por lo menos los 12 meses de edad”, dice la pediatra Shari Vásquez Director, vinculada a Kaiser Permanente Oeste de Los Ángeles. “Numerosos estudios han encontrado que la lactancia materna puede prevenir enfermedad­es cardíacas en el futuro”.

Y en la medida que el menor empieza a ingerir alimentos sólidos, debe empezar la tarea de alimentarl­o lo más saludable posible y enseñarle los buenos hábitos alimentici­os que previenen los males que enferman directa o indirectam­ente al corazón.

El panorama

Entre los males se encuentran los altos niveles del colesterol y la hipertensi­ón, que lamentable­mente están presentes en la infancia de hoy. De acuerdo con un informe del 2015 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es, uno de cada cinco niños de Estados Unidos tiene niveles poco saludables de colesterol en la sangre. Y de acuerdo con datos de la Academia Americana de Pediatría, alrededor de cinco de cada cien niños presentan una presión arterial más alta de lo normal.

“A este panorama se suma el hecho de que la diabetes tipo 2, una enfermedad que veíamos casi siempre en adultos únicamente, es cada vez más común en niños y adolescent­es. Y, fuera de esto, desafortun­adamente, la obesidad infantil se ha convertido en uno de los grandes males de nuestros tiempos y está teniendo un gran impacto sobre la salud cardiovasc­ular de los niños. Los menores obesos tienden a ser los que padecen de diabetes, hipertensi­ón y colesterol alto”, señala la Dra. Vásquez Directo.

La ingesta de grasas saludables

Es bien sabido que la placa que obstruye las arterias del corazón comienza a acumularse muy temprano en la vida.

“De hecho, la acumulació­n de grasa se ha identifica­do en el corazón de los niños de tan sólo cinco años de edad”, resalta la Dra. Vásquez Directo. “Las enfermedad­es del corazón son el resultado de un proceso de por vida y, como tal, repito, es necesario cuidar de la salud cardiaca desde la infancia”.

Pero aunque hemos oído hablar acerca de que demasiada grasa en nuestra dieta es mala para nuestra salud, es importante dejar en claro que no todas las grasas son malas.

“El mayor consumo de grasa debe ser de las grasas saludables poliinsatu­radas y monoinsatu­radas, en las que se incluyen las que se encuentran en pescados, nueces y aceites vegetales”, señala la pediatra. “Los alimentos con grasas saturadas y grasas trans [por ejemplo, carne de res, productos lácteos con su contenido completo de grasa y alimentos procesados] son los que tenemos que reducir su consumo”.

Y aunque la leche entera de vaca tiene 60% de grasas saturadas, los niños pequeños deben ingerirla hasta cierta edad ya que requieren de cierta cantidad de grasa en su dieta para que su cerebro y sistema nervioso se desarrolle­n con normalidad.

“Las grasas además son una importante fuente de energía, ayudan al cuerpo a producir hormonas y también favorecen la absorción de ciertas vitaminas”, indica

la pediatra. Es así que la cantidad de grasa de la leche de vaca, que se introduce en la alimentaci­ón del menor a los 12 a 24 meses de edad, “debe estar decidida conjuntame­nte por los proveedore­s de salud y los padres, basados en el crecimient­o del niño, el apetito, la ingesta de otras fuentes de grasa y el riesgo potencial de obesidad y enfermedad­es cardiovasc­ulares”.

Después de los dos años, para prevenir la acumulació­n de grasa innecesari­a en el cuerpo, lo recomendad­o es que los menores beban leche sin grasa.

Un llamado de alerta

El hecho de que uno de los padres o abuelos tengan un historial cardiaco es una pauta clave para cuidar el corazón del menor desde su infancia. “Desafortun­adamente, nuestro historial médico familiar es uno de los factores de riesgo para la enfermedad cardíaca que no podemos cambiar. Si alguien en la familia tuvo enfermedad cardíaca, la probabilid­ad de padecerla es mayor”, señala la Dra. Vásquez Directo. “Por ello es importante que los padres estén informados lo mejor posible del historial médico general de su familia para que sus hijos vida”.. también tengan un historial médico completo a lo largo de su

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SHUTTERSTO­CK Acostumbra a tus hijos a tomar agua en lugar de bebidas azucaradas.

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