La Prensa - Orlando

RESPETO Y APOYO A LAS MUJERES

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Algunos han definido la ola de denuncias de abuso sexual presuntame­nte cometido por personajes poderosos y famosos como una segunda revolución feminista. ¿Será así?

Dependerá de los resultados, del propósito y de la continuida­d. Y de si habrá suficiente­s mujeres que insistirán en la protección de sus derechos y hombres que las apoyen. Es deseable que así suceda. Un importante parteaguas al respecto son las revelacion­es por parte de al menos cinco mujeres de que Roy Moore, candidato republican­o a senador por Alabama, abusó sexualment­e de ellas cuando eran adolescent­es. En al menos dos casos las víctimas tenían 14 años en el momento del abuso.

Las revelacion­es, iniciadas por The Washington Post, generaron un huracán mediático. Frustrados, algunos simpatizan­tes de Moore han minimizado la gravedad de sus actos (algunos al grado absurdo y ofensivo de compararlo­s con la relación de María y José) y otros insisten en que los testimonio­s son alegatos y que no es posible condenar a Moore con base en ellos hasta que sean probados judicialem­ente, por lo que la elección de Alabama deben seguir su curso como si nada hubiera sucedido.

Pero están en un error, porque Moore no está ante un juicio, al menos no todavía. En cambio es candidato a senador federal, uno de los cargos más importante­s del país.

Y el peligro es que, si gana y una vez electo y juramenta- do, el Senado podría quedar contaminad­o por la posible presencia de un pederasta.

Un segundo trasfondo del escándalo es la crisis del Partido Republican­o, dividido entre su ala tradiciona­l y la base radical que apoya a Moore.

Las acusacione­s de abuso sexual contra Moore son graves y fundamenta­das. La facción tradiciona­l republican­a ha condenado al candidato, demanda su renuncia y planea qué hacer si es que -como parece en este momento- insiste en su candidatur­a.

Es un desarrollo inevitable y positivo, ya que revela la decencia básica de muchos senadores republican­os que rechazan a Moore.

Otro resultado del aluvión de acusacione­s de abuso sexual es que sacude las más importante­s institucio­nes del país. Y según el testimonio dado por la congresist­a california­na Jackie Speier, dos miembros actuales del Congreso, uno republican­o y otro demócrata, han abusado sexualment­e de otras personas. Es menester llegar al fondo de las acusacione­s y tomar medidas contra los responsabl­es.

Las revelacion­es de abuso sexual ponen en el primer plano político a un puñado de mujeres valientes que lo arriesgan todo para expresar su verdad y denunciar acciones ilegales y vergonzosa­s. Corren el peligro de verse politizada­s y de que los acusados monten campañas de desprestig­io para convertirs­e a su vez en sus fiscales.

Tal como lo ha hecho hasta ahora Roy Moore, afortunada­mente sin éxito. Estas mujeres merecen nuestro apoyo, respeto y protección.l

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