AGRADEZCAMOS
Este año hemos visto grandes terremotos, huracanes y fuegos devastadores, matanzas en masa y la epidemia de adicción a los opiáceos. Estas cosas tienden a hacernos pensar que la vida es horrible, nos podemos volver negativos y los sentimientos depresivos o la ansiedad nos pueden agobiar.
Les pido que no nos dejemos vencer por sentimientos derrotistas. Por el contrario, les recuerdo la importancia de mirar a nuestro alrededor y reconocer todas las bendiciones que hemos tenido en nuestras vidas desde las más pequeñas hasta las más grandes.
Hagamos nuevas tradiciones este año. Reconozcamos que comer pavo no es el único propósito de esta celebración. Tampoco es ver juegos de futbol americano ni prepararnos para correr a las tiendas como locos y comprar más cosas que muchas veces no necesitamos y quedan en la ‘nave del olvido’ en un ‘abrir y cerrar de ojos’.
Sugiero que nos reunamos con personas importantes en nuestra vida y antes de comer que uno a uno enumeremos todo aquello por lo que nos sentimos agradecidos. Tomemos tiempo para decir te quiero, te perdono y perdóname, te extraño. Abracemos a nuestros familiares y amigos. No dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy.
Yo daré gracias porque he aprendido a ser sobreviviente de experiencias desagradables y abusivas. Daré gracias por mi esposo, mis hijos y nietas, mi hermano y mis sobrinas y también por mis abuelos, padres y hermana que han muerto. Recordaré a todas esas personas que han tocado mi vida porque todos ellos han sido regalos de Dios.
No olvidaré dar gracias por la oportunidad de escribir esta columna y por todas las otras oportunidades que Dios me ha dado para aprender, para ayudar, para perdonar y para amar.
¡Les deseo un Día de Acción de Gracias lleno de amor, amistad y deseo de dar ayuda a personas menos afortunadas!