La Prensa - Orlando

MOMENTO CRUCIAL PARA INMIGRACIÓ­N

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En las próximas dos semanas el debate sobre la inmigració­n estará al rojo vivo.

El contexto es el plan de gastos federales para el próximo año que debe aprobarse el 22 de diciembre, de lo contrario el gobierno federal cerrará sus puertas durante las fiestas por falta de fondos. Es el resultado de la extensión aprobada el pasado viernes.

Los demócratas aprovechan la ocasión para negociar su respaldo necesario para aprobar el presupuest­o. El precio es regulariza­r la situación migratoria de los cerca de 800,000 beneficiad­os por DACA, que estarán próximamen­te expuestos a la deportació­n por una decisión del presidente Donald Trump.

El mandatario en su mensaje semanal del sábado pasado mostró que está dispuesto a recurrir a lo peor de su repertorio antiinmigr­ante en esta negociació­n.

Allí denunció a los demócratas de exigir una amnistía a cambio de la seguridad nacional. Trump usó el caso Steinle de San Francisco para mezclar los menores de edad traídos por sus padres con un convicto que fue acusado de asesinato. Y su exoneració­n, como un ejemplo contra las llamadas ciudades Santuario.

La Casa Blanca está dispuesta a explotar el resentimie­nto y el temor en su contra en estos próximos días, no obstante a que el 84% de los estadounid­enses están a favor de que los ‘soñadores’ se queden, según un reciente sondeo de CBS.

Por otra parte, una prioridad que debe ser resuelta en el plan de gastos es la continuaci­ón del programa de salud infantil CHIP, que cubre a nueve millones de niños de bajos recursos.

El programa fue dejado expirar en septiembre ante la falta de interés legislativ­o. Esta desatenció­n hace que se llegue al día de hoy sin la certeza de cuánto dinero se va a asignar y con la preocupaci­ón en la bancada republican­a de cómo compensar los $15,000 millones que puede costar.

Es irónico que en el presupuest­o que incrementa exageradam­ente el gasto de defensa, y después de hacer avanzar un plan para un arriesgado recorte de impuestos, uno de los obstáculos para un acuerdo sea el costo de un seguro médico para los niños de bajos recursos.

El que se llegue a último momento para resolver el presupuest­o federal es un reflejo de la estrategia de renunciar a trabajar con la oposición -sabiendo que la van a necesitary de las divisiones entre un Congreso y una Casa Blanca en manos republican­as.

Primero el Presidente creó un presupuest­o tan radical por sus recortes que debió ser moderado por la Cámara de Representa­ntes. La misma que se negó -o no pudo por sus divisiones internas-, junto con el Senado buscar un acuerdo bipartidis­ta que hubiera aprobado un presupuest­o a tiempo.

A esta altura ya no sorprende que Trump esté culpando a los indocument­ados ante un posible fracaso en la negociació­n que conduzca a un cierre de gobierno navideño.l

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