La lucha contra la trata humana
El tráfico humano y la trata sexual son problemas severos en la Florida Central que requieren intenso trabajo de concientización social y apoyo a las víctimas
Una niña de 8 años víctima de abuso constante y sin escapatoria, una joven que fue vendida por su por dinero para drogas, una joven que consiguió un novio en internet y era manipulada para hacer cosas que ella no quería, una joven empleada domestica que sufrió abuso sin tener su pasaporte para regresar a casa, un agricultor al que no le pagan y lo amenazan por su estatus migratorio.
Son algunas de las historias de sobrevivientes a la trata humana. Ninguna historia es similar y cada una es única en su horror. Parecería algo que ocurre en países del tercer mundo, pero sucede muy cerca, incluso en Orlando.
La Florida es catalogada número 3 en la nación por la cantidad de casos de tráfico humano reportados. Y la ciudad de Orlando es la segunda en la Florida después de Hillsboro en casos de trata humana.
Según Jan Edwards, presidenta y CEO de la organización antitrata humana Paving the Way (www.stoptraffickingtoday.com), y algunos otros expertos en este tema, la concientización es clave para lograr un cambio, ya que poca gente conoce que esto ocurre muy cerca de ellos y muy frecuentemente. “Lo más difícil es que no hay un solo caso igual y que no hay una sola cara para identificar a las víctima o a los traficantes, el que recluta puede ser el vecino más amable o la mamá de una compañera de colegio a la que todos estiman y le confían los niños.”, dijo Edwards.
Prevenir a los boricuas recién llegados
“La razón por la que llaman al tráfico un crimen silencioso es porque usted tiene vergüenza, y vergüenza por parte del niño, y luego tiene amenazas y coacción por parte del agresor”, añadió Edwards, quien hace hincapié en que hay que prevenir a todas las familias que llegan de Puerto Rico ya que muchos jóvenes pasan tiempo solos luego de la escuela, son inocentes en este tema y pueden ser víctima de predadores. “Hay que prevenirles y educarles de que no siempre esa persona que es extremadamente atenta y buena con nuestros hijos es de la mejor intención y recordar que muchas víctimas caen por algún conocido de la familia o a través del internet y
medios sociales que son los número uno en reclutar a estos jóvenes”.
“Al preguntarle al FBI y a oficiales de la ley qué es lo que hace falta para parar esto, me respondieron que crear conciencia y educar a la gente. Es por esto que fundé mi organización después de ver en Etiopía como esto ocurría y saber que estaba en mi propio patio también”, dijo Edwards, quien antes se dedicaba al mercadeo y utiliza esa experiencia para crear conciencia a través de programas y seminarios educativos dirigidos a las escuelas de la Florida Central.
“He tenido momentos en que luego de una presentación una joven se identifica como víctima luego de un cuestionario de comprensión que le hago a los estudiantes, y debimos ayudar a más de cuatro estudiantes en estos cuatro años que llevo con la organización”, dijo Edwards.
Recientemente se realizaron un festival de cine y un día de talleres en colaboración con varias organizaciones que ayudan a combatir la trata humana, entre ellas Florida Abolitionists, Florida Department of Law Enforcement, Departamento de Niños y Familias de Florida y Children’s Advocacy Center. Se presentaron 14 películas que abordan de alguna manera el tema de la trata humana y se dieron talleres gratuitos para concientizar y educar a la comunidad.
Nancy Marques, fundadora de la organización Florida Abolitionist (www.FloridaAbolitionist.org), comentó que desde “hace 10 años llevamos proclamando libertad para los que están siendo víctimas de la esclavitud moderna. Muchas mujeres y niñas, en su mayoría, están siendo sometidas a la esclavitud sexual”. Ese grupo realizó el único taller en el español bajo el lema “Hay esperanza”.
También hubo una exhibición de películas sobre el tema de la trata humana y numerosas organizaciones ofrecieron información, talleres (en inglés) y talleres para los niños con distintas actividades propias para sus edades (de 5 a 11 años) en los que se enseña sobre defensa personal.
Marques comentó que con su organización “presento las herramientas que necesitamos para prevenir este mal en nuestras familias, iglesias, comunidades, etc.”.
Acciones legales y de apoyo
Lisa Haba, exfiscal estatal asistente en el Condado trabaja en casos de trata y menciona que uno de los problemas más grandes de este mal es que “las víctimas tienen miedo de que nadie les crea su historia, algunas aún están enamoradas de lo que se conoce como un ‘Romeo Pimp’ y su manipulación mental y emocional es tan grave que hay que ganar su confianza trabajando con los grupos de apoyo y organizaciones sin fines de lucro que existen en el área para poder ayudarles y poder montar el caso”. La ley no castiga severamente a las personas que compran sexo, pues solo es un delito menor (misdemeanor) aunque se agrava a una felonía de segundo grado si es con un menor de edad. “Hay que ser más severos en la aplicación de la ley con estos individuos, lo peor es que si tenemos trata humana sexual es porque tenemos un mercado de compradores de sexo y cada vez es con menores de edad más y más jóvenes”, indicó Haba, quien añadió que uno de cada tres jóvenes de escuela intermedia están en riesgo de ser víctimas de depredadores cibernéticos. “Hay que educarlos pues las víctimas más susceptibles a la manipulación son aquellas que desconocen el tema”, dijo Haba quien con su firma de abogados Haba Law Firm ha presentado demandas contra negocios (como hoteles o tatoo parlors) que de alguna manera permanecen silentes ante la trata humana.
Por otro lado, el investigador Maurice Edwards de la Oficina del Alguacil del Condado Seminole ha trabajado con cientos de casos de víctimas de trata humana. “Mi experiencia trabajando con casos de trata humana es los retos que me enfrento con las víctimas, ellas no se reportan voluntariamente y la mayoría de las veces están incomunicadas de la policía, proveedores de servicios de ayuda u otros que pudieran ayudarles a salir de su situación”, dijo el investigador, quien añadió que “las víctimas tienen desconfianza de los demás, en especial de los oficiales de la ley por miedo a deportación o represalias de sus traficantes. He tenido que aprender a crear una relación con cada víctima para ganar su confianza y puede que tome meses o años ganar esa confianza. Aunque sea difícil vale la pena por el resultado”.l