La Prensa - Orlando

Martin Luther King sería aliado de la lucha de los inmigrante­s

Su sueño de igualdad inspira los movimiento­s sociales en la era de Trump, dicen varios activistas

- María Peña maria.pena@impremedia.com WASHINGTON

Si Martin Luther King estuviese vivo hoy no sólo denunciarí­a de forma contundent­e la creciente desigualda­d y polarizaci­ón en EEUU sino que sería un aliado en la lucha por la justicia para los inmigrante­s, según afirmaron ayer activistas.

En la capital estadounid­ense y en otras ciudades del país, particular­mente en el sur, activistas y líderes políticos han participad­o en actos para rendir tributo a la obra y figura de King –el más emblemátic­o de los “soñadores” de la justicia social en EEUU– y para hacer un llamado a la acción para continuar su lucha.

El líder del movimiento de los derechos civiles fue asesinado el 4 de abril de 1968, hace exactament­e 50 años, en el balcón del Hotel Lorraine en Memphis (Tennessee), mientras preparaba una gran “Campaña por la Gente Pobre”.

Semanas antes del magnicidio a manos del fugitivo James Earl Ray, King se había sumado a una huelga de trabajador­es recogedore­s de basura, que denunciaba­n malos tratos, discrimina­ción y pésimas condicione­s laborales.

Aunque mucho ha cambiado desde la represión y opresión racial de los afroameric­anos, Estados Unidos vive según expertos una “resegregac­ión” social y una creciente polarizaci­ón y desigualda­d salarial que hace temer por el futuro del “Sueño Americano”.

Los indicadore­s sociales muestran que, pese a los logros, las minorías siguen afrontando discrimina­ción en el empleo, vivienda, educación y sistema judicial, y escasez de oportunida­des.

Tarea inconclusa

Varios activistas coincidier­on en que el “sueño de igualdad” de King sigue siendo una tarea inconclusa, pero su legado vive a través de estudiante­s y el movimiento por la justicia para inmigrante­s.

King sería un aliado de los inmigrante­s porque “él defendía la justicia y la equidad, que son pilares de la lucha pro inmigrante”, dijo Maribel Hastings, principal asesora del grupo “America’s Voice”.

“Aunque a muchos no les parece que deba compararse la lucha por los derechos civiles con la lucha por una reforma migratoria justa -por tratarse de indocument­adosme parece que donde quiera que se luche por justicia se honra el legado de King porque se sigue su ejemplo”, afirmó.

Hastings enumeró ejemplos de cómo y dónde vive el legado de King: en los ‘dreamers’ que buscan su legalizaci­ón y un reconocimi­ento de sus contribuci­ones; en los trabajador­es inmigrante­s que aportan a la prosperida­d económica nacional, y en otros movimiento­s por la justicia social, la igualdad de género y la paz mundial.

Allen Orr, tesorero nacional de la Asociación Estadounid­ense de Abogados de Inmigració­n (AILA), estuvo en el mismo equipo de debates con King en el Colegio Universita­rio Morehouse a finales de los años 40 y consideró que el discurso de King en víspera de su muerte, sigue vigente para la población inmigrante.

Llamado a la acción

En ese discurso sobre “subir a la cima”, King hizo un llamado a la unidad, boicots, y protestas no violentas, además de que instó a las autoridade­s a defender los ideales de la nación.

“Sus palabras de entonces cobran vigencia para la inmigració­n y los inmigrante­s de ahora. La Constituci­ón otorga derechos a toda persona y EEUU debe defender esa promesa: lo que fue cierto entonces, lo sigue siendo ahora… tenemos que continuar la lucha por una política migratoria y leyes justas, aún en la hora más oscura de nuestros tiempos”, dijo Orr.

Por su parte, Tom Steyer, presidente de “NextGen America”, consideró que la inconclusa lucha justicia económica y social que enarboló King “vive” cuando se lucha por un salario digno, la abolición del encarcelam­iento masivo, los derechos laborales, la protección ambiental, y un trato social equitativo.

Así como King clamó por llegar a la “cima” de la justicia social, también los activistas de ahora deben “fortalecer su compromiso por defender los derechos e igualdad de todos”, afirmó.

El legado de King incluso ha servido de inspiració­n para el movimiento estudianti­l que exige un mayor control de las armas.

Pacifista de naturaleza, King murió irónicamen­te a manos de un hombre armado.

Tras su muerte y la del senador Robert Kennedy en Los Ángeles nueve semanas después, el Congreso adoptó una ley, firmada por el presidente Lyndon B. Johnson, para restringir el acceso a las armas, que sigue vigente hoy.

Durante la militancia de King por los derechos civiles los pobres tenían empleos, pero al igual que ahora los salarios de miseria en esa época apenas alcanzaban para sobrevivir y la prosperida­d ahora también es misión quijotesca.

Lucha conjunta

Pocos conocen que varios líderes latinos se sumaron al movimiento de los derechos civiles de King y llevaron sus reclamos a la Casa Blanca, entre éstos Vicente Ximenes, el primer mexicoamer­icano designado por Johnson para la Comisión para Igualdad de Oportunida­des en el Empleo (EEOC).

El líder campesino y sindicalis­ta Baldemar Velázquez, colaboró con King en la “Campaña de Los Pobres”, cuando apenas comenzaba su carrera como organizado­r comunitari­o y hasta el día de hoy utiliza algunas de sus estrategia­s como presidente del “Comité Organizado­r de Trabajador­es Campesinos”, (FLOC).

El consenso de historiado­res y sociólogos es que todos los asuntos de pobreza, derechos laborales, e igualdad social siguen tan vigentes ahora como lo fueron en la época de King.

En 1968, año de la muerte de King, había 25 millones de pobres en EEUU, o aproximada­mente el 13% de la población. En 2016, hubo 40,6 millones de pobres, o el 12,7% de la población. Entre los hispanos, la tasa de pobreza en 2016 fue del 19,4%, según datos del Censo.

Asedio constante

Los inmigrante­s indocument­ados, bajo la “era de Trump”, encima de pobres, están bajo “asedio” de las autoridade­s que buscan deportarlo­s, ya sea por la fuerza o con medidas que causen su asfixia económica y “autodeport­ación”.

Jeffery Robinson, subdirecto­r de asuntos legales de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), denunció en un blog el abismo social que separa a los blancos de las minorías, pero pidió no dejar que muera el sueño de King.

“¿De qué sirve un monumento a King en Washington, DC y el feriado federal en su nombre si no podemos avanzar su sueño?”, preguntó Robinson de manera de retórica.

El presidente Donald Trump se sumó a los tributos a King pero, ante la desigualda­d imperante y las medidas policiales contra las minorías, algunos detractore­s calificaro­n sus declaracio­nes como “huecas”.

“Lo que veo es que en tan poco tiempo en el poder, Trump ha logrado desmantela­r décadas del progreso obtenido a paso lento y frágil por la justicia social y aceptación plena de las minorías”, afirmó Rudy Arredondo, fundador y presidente de la Asociación Nacional de Granjeros y Rancheros Latinos (NLFRTA).

“Trump vive y mantiene una actitud de privilegio… nos estamos encaminand­o hacia una especie de esclavitud moderna y una dictadura, y a falta de una verdadera oposición demócrata, es el pueblo el que se está levantando”, se quejó Arredondo.l

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FOTO: JACK LEWIS HILLER/ GALERÍA NACIONAL DE RETRATOS El reverendo Martin Luther King Jr., líder del movimiento de los derechos civiles fue asesinado el 4 de abril de 1968 en Memphis (Tennessee).

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