Hallan en la playa un naufragio colonial
Recientemente, la joven Julia Turner fue a pasar un buen rato en la playa de Ponte Vedra, que está detrás de su casa, y nunca se imaginó toparse a plena luz del día y donde ella usualmente se sienta en la arena para mirar el panorama con una enorme sección de 48 pies de largo de un naufragio de muchos siglos atrás. Sus padres Martin y Christine Topezer de inmediato llamaron a la Oficina del Alguacil e instalaron una guardia hasta que llegaran los expertos.
Luego los arqueólogos marinos de St. Augustine Lighthouse llegaron y realizaron los primeros estudios: fotografías, toma de medidas e inventario de todos los fragmentos dispersados por la playa. El arqueólogo Chuck Meide estuvo a cargo de los estudios y llegó con un grupo de voluntarios del programa de arqueología marina para salvar todo los datos posibles que a simple vista se pudieran apreciar. Y se dijo que los restos podrían ser de una embarcación de los años 1700 a 1800.
“Hay números romanos en algunos de los tablones arqueados, lo que era muy típico en la ingeniería ma- rítima de la época colonial. Estamos ahora en camino de tratar de mover el naufragio hacia las dunas en donde no alcancen las olas del mar y así quede salvado para luego continuar con las investigaciones y poder decidir a dónde llevarlo para otros estudios más extensos”, dijo Marc Anthony, experimentado investigador de naufragios coloniales.
Mientras, a unas cuantas millas al norte una manada de buscadores de tesoros se dio cita en la playa con sus detectores de metales buscando lo que pudo ser la mercancía del naufragio descubierto. Uno de ellos, que no quiso dar su nombre, dijo que no se descarta que entre la carga hubiesen monedas y lingotes de oro, porque según ellos los maderos del barco fueron tallados para resistir una pesada mercancía. Topezer, la residente que descubrió junto a su hija el naufragio en la playa, dijo que desde la madrugada vio que algunos de los fragmentos que habían estado en la playa desaparecieron con los curiosos durante la noche y es que las autoridades tardaron en custodiarlo. En tanto, ella y su esposo Martin estuvieron entretenidos por buen rato con el naufragio y los muchos curiosos que llegaban.l