VIVIENDO POR FE, PARTE 6

Si verdaderamente nosotros queremos vivir por fe y tener una fe que mueva montañas, esta debe estar basada en el nombre de Jesucristo, el autor de la fe.

Recuerdo la historia cuando Pedro y Juan iban al templo llamado la hermosa y había un cojo de nacimiento, que se sentaba todos los días a recibir alguna limosna de los que entraban. Cuando los vio les rogaba que le dieran algo, pero Pedro contestó “no tengo ni oro ni plata, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret levántate y anda” y al instante este hombre quedó totalmente sano.

Este nombre sublime y supremo es el que partió la humanidad en dos, antes y después de Jesucristo, el único nombre que resucitó, el único en el que se doblará toda rodilla, en este nombre es el único en que podemos ser salvos. No hay otro en el que podamos ser más que vencedores. Como dicen las escrituras: “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Quien nos ama tanto que dio su vida por nosotros, ese nombre es Jesucristo. Recordemos que por este nombre todo cuanto existe fue creado; es el alfa y el omega, el principio y el fin y tenemos que tener mucho cuidado ya que hoy por hoy todos se llaman cristianos pero no todos queremos obedecerle, muchas veces utilizamos este nombre para engañar.

En su nombre somos llamados hijos de Dios, como está escrito en los evangelios, que de tal manera amó Dios al mundo que nos ha dado su hijo unigénito (Jesucristo) para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga la vida eterna. Empecemos a vivir por fe, aceptando a Jesucristo como nuestro Salvador. Se me portan bien y buen genio.