LOS TESOROS DE DIOS
Cuando hablamos de tesoros, nos imaginamos un cofre lleno de joyas y objetos de mucho valor escondido en un lugar secreto en donde nadie lo puede encontrar.
El Señor nuestro Dios habla de tesoros que tiene para todos nosotros y están disponibles para los que creemos en Él y lo hemos aceptado y cuando El habla de estos tesoros se refiere a las bendiciones que Él quiere y desea derramar sobre todos sus hijos. Como dicen las escrituras: “Y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que Yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre”.
Las bendiciones de Dios no se pueden comparar con todas las riquezas que nos ofrece el mundo, estos tesoros son perecederos, pero los de Dios son eternos y no tienen precio. Dentro del tesoro de Dios vamos a encontrar lo más grande que le puede pasar a una persona como es nuestra salvación, esto no tiene precio, ya Él la pagó en la cruz cuando murió por todos nosotros. Vamos a encontrar que el creador del mundo, el dueño de todo, viene a morar dentro de nosotros, somos su morada, nos hemos convertido en templo del Espíritu Santo. Encontraremos su presencia como Él mismo lo prometió: “Mi presencia irá contigo y Yo les daré el descanso”.
Tengamos mucho cuidado porque como tesoro que es y tan valioso, alguien se lo quiere robar y es el mismo demonio que no quiere que nosotros disfrutemos de las bendiciones, nos pone la tentación y nos engaña y nos dice que nada es pecado, que todo está bien. Por esto el profeta escribió: “La bendición estaba con ellos, pero ellos la despreciaron y la bendición se alejó de ellos”. Dios los bendiga, se me portan bien y buen genio.