Canelo vs. GGG: de la rivalidad al odio
Hace un año dieron un pleito bueno y polémico, luego se dio el escándalo, salieron los ataques, se perdió el respeto, y hoy ya no hay punto de retorno
Luego de tantas declaraciones que han hecho y de recorrer un camino minado, Saúl Álvarez y Gennady Golovkin llegaron a un aparente punto sin retorno; una instancia en la que se antoja imposible algún tipo de reconciliación y volver a aquellos días en los que las dos mayores estrellas del boxeo actual se expresaban respeto.
Dentro del negocio de las peleas, a veces se puede confundir una mala relación personal, incluso enconada, con un gesto de publicidad para tratar de vender boletos; otras veces, el odio y la campaña publicitaria son inseparables e intrínsecos, y eso es exactamente lo que se tiene enfrente con “Canelo-Golovkin II” este 15 de septiembre.
Los ingredientes son imperdibles: dos campeones de altura, un precedente emocionante y controvertido, un escándalo y luego acusaciones directas para dejar en el ambiente un verdadero olor a pólvora.
Sólo que los ataques, en este caso de parte de Golo- vkin, nunca cesaron. El tremendo peleador kazajo, quien ha defendido con éxito su campeonato mundial de los pesos medianos 20 veces para empatar el récord histórico de la división, acusó a “Canelo” y su equipo de hacer trampa y usar sustancias prohibidas, tras el multicomentado positivo por clembuterol.
“Pónganlo con un detector de mentiras y les va a decir todo”, dijo Golovkin sobre Álvarez cuando todavía no existía sanción por dopaje para el mexicano de parte de la Comisión Atlética del estado de Nevada. Poco después, la pelea de revancha programada para el 5 de mayo se canceló.
A empujones, los promotores de ambos peleadores lograron pactar la revancha para el 15 de septiembre (364 días después del polémico empate), pero no por eso decayeron las provocaciones de “GGG” y su entrenador Abel Sánchez.
“El poco respeto que le tenía se perdió”, dijo Álvarez el mes pasado sobre su rival. “Cruzaron la línea con tantas declaraciones, tanto que han dicho, excusas, tanta lloradera que traen”.
El pelirrojo, que no tuvo otra más que quedarse callado y tragarse los ataques dado que fue un error suyo el que provocó la cancelación de la contienda del 5 de mayo, también dijo que subirá a pelear “con mucho coraje” el 15 de septiembre en la Arena T-Mobile de Las Vegas.
Óscar de la Hoya le puso leña al fuego al sugerir que Golovkin no es un buen patriota porque su equipo presuntamente solicitó que en la ceremonia previa al combate no se interpreten los himnos nacionales de Kazajistán, México y Estados Unidos.
“¡¿Qué más van a demandar?!”, dijo De la Hoya al tratar de poner en contexto la extraña petición, que poco después fue denegada por el campamento de Golovkin.
Y como los ataques no se acaban, el pasado 4 de septiembre en una conferencia telefónica, “GGG” hizo una amenazante declaración que acentúa la pérdida del respeto por el oponente: “Esta vez quiero lastimarlo, quiero verlo acabado”.
Sin descartar una tercera parte, “Canelo” ha dicho que no quisiera más peleas con Golovkin después de la segunda, y es entendible dado tanto desgaste.
Golovkin se lo quiere comer vivo. “Canelo” trae la sangre caliente. Los campamentos también tienen mucho “entripado” acumulado. Y el público, por cierto, ha esperado un año para verlos de nuevo cara a cara en el ring. La hora está muy cerca.l
“Yo sólo quiero lastimar a Canelo... por todas las cosas malas que él y su equipo han hecho” ‘GGG’ Golovkin “Quizás Golovkin use un ‘estilo mexicano’ para ganar fans, pero es un hipócrita” ‘Canelo’ Álvarez