SÍNDROME POSTRAUMÁTICO
Al ver tres huracanes en el Atlántico, algunos lo minimizamos haciendo chistes, otros salimos corriendo a comprar agua, productos enlatados, baterías, por si acaso… Y otros nos paralizamos sintiendo ansiedad o depresión recordando los efectos de Irma y María.
Trauma significa “una experiencia que impacta nuestras emociones fuertemente”. La reacción a cada experiencia es completamente individual. Esta reacción puede estar determinada, entre otras cosas, por nuestra edad, la percepción de nuestra habilidad de controlar o resolver el suceso, si el evento ocurre una vez o es recurrente, si tenemos un sistema de apoyo o no. Por ende, eventos traumáticos pueden incluir desde alguien poniéndonos un puñal al pecho hasta mudarnos lejos de familiares y amigos que nos brindaban amor y seguridad.
Otra variable es si buscamos ayuda inmediatamente o si reprimimos nuestra reacción rehusando compartirla por temor a que nos consideren débiles o porque nos sintamos amenazados. Tristemente, la reacción de muchos familiares es de minimizar o ridiculizar lo ocurrido y nos dicen que debemos “tomarlo como buenos machos o hembras” sin quejarnos. Suprimirlos puede crear otro trauma interno secundario.
El Manual de diagnóstico psicológico se refiere al síndrome postraumático como la reacción a un evento en el cual ha habido una amenaza seria a nuestra vida o a un acto violento y determina un protocolo de tratamiento que incluye medicamentos y terapia intensiva.
Lo cierto es que muchos padecemos de un grado de síndrome postraumático por muchísimos hechos que nos han ocurrido. Estos traumas grandes o pequeños pueden evitar que podamos establecer relaciones íntimas saludables con nuestros familiares, amigos y posibles parejas. Nos pueden llevar al abuso de drogas o del alcohol para automedicar nuestro dolor, inseguridades o ansiedades.
¡Reconozcamos nuestros traumas y busquemos ayuda para lidiar con ellos lo antes posible!l