“Halcón” de la “ley y el orden”
Jeff Sessions fue el precursor del movimiento populista que alzó a Donald Trump, se convirtió en su más fiel aliado en la carrera a la Casa Blanca, pero ayer el “halcón” tuvo que tragarse su orgullo y renunciar. El propio Trump no le había dejado otra alternativa con ataques en Twitter, donde le llamó “muy débil” y se burló de su “vergonzoso” comportamiento. Su cese, sin embargo, puede despertar un gran malestar en la base electoral de Trump, que aprecia a Sessions por sus ideas antiinmigrantes y la guerra que ha declarado a las “ciudades santuario”, aquellas que se niegan a colaborar con las autoridades federales para deportar a inmigrantes. A pesar de la enemistad, Sessions siguió sacando adelante las iniciativas de Trump al frente del Departamento de Justicia, dedicando numerosos recursos a la lucha contra el narcotráfico y contra las pandillas. Se concentró especialmente en la Mara Salvatrucha (MS13), a la que declaró la guerra con una política de “tolerancia cero” y a la que persiguió con redadas. Por otro lado, Sessions respaldó la gestión privada de centros de detención para inmigrantes y se comprometió a enjuiciar a los padres que pagasen a “coyotes” para que sus hijos pudieran cruzar la frontera con México y llegar a territorio estadounidense. Sessions siempre había querido ser fiscal general para reinstaurar “la ley y el orden”. Ese sueño se vio ayer frustrado por la persona en la que más confiaba y en la que un día creyó ver al portavoz del movimiento que él mismo ayudó a crear.