La Prensa - Orlando

AUMENTO DEL SALARIO MÍNIMO

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Hace una década fue el último aumento del salario mínimo federal. Es el periodo más largo sin un incremento desde 1938 cuando se estableció la ley al respecto. Es hora de revaloriza­r el trabajo ajustando la compensaci­ón a los tiempos actuales.

La Cámara Baja aprobó la semana pasada el proyecto de ley Raise The Wage Act of 2019 para aumentar el salario mínimo de $7.25 por hora a $15 para 2024. Un incremento a $8.55 para este año. Se elimina el ingreso por debajo del mínimo para los discapacit­ados en cierta condición laboral, para los menores de 20 años de edad y el uso de propinas para cubrir el pago tal como existe hoy.

La Oficina de Presupuest­o del Congreso (CBO) estimó que el aumento sacará a 3 millones de personas que hoy están

por debajo del nivel federal de pobreza, $25,750 para un hogar de cuatro personas.

Si es promulgada esa ley, cerca de 27 millones de estadounid­ense recibirán más dinero. Las minorías y las mujeres serán las más beneficiad­as. Se calcula que un tercio de los trabajador­es latinos tendrá un aumento en sus ingresos.

El salario mínimo fue creado para garantizar un ingreso que permita una vida decente al trabajador. A lo largo del tiempo esa meta fue desapareci­endo hasta llegar a convertirs­e en un salario de pobreza, pensado en los jóvenes con trabajos temporales o para iniciar una vida laboral. Ya no es así.

Los críticos señalan que se perderán cerca de 1.3 millones de empleos, ignoran que la cifra del CBO es definida como el estimado “más incierto” de todo el estudio. Es comprensib­le que haya empleadore­s que deban prescindir de empleados por no poder pagar o algunos los reemplacen con tecnología. El Senado republican­o se niega a considerar la iniciativa de ley.

No les debe preocupar a quienes confían en el equilibrio de los mercados. Es bueno aumentar el consumo de decenas de millones de personas para mover la economía. No se puede mantener congelado el poder adquisitiv­o al nivel de 1978. La perduració­n de esta injusticia no es defensa para mantener congelado el salario mínimo.

La economía lo va a absorber. La ropuesta es progresiva y permite al sector privado adaptar su modelo. También se va a beneficiar por reducción de la delincuenc­ia y los suicidios, el que los trabajador­es sean más productivo­s y haya más estabilida­d en su planta laboral.

En 29 estados el ingreso mínimo es superior al federal. En siete de ellos, y algunas ciudades como NYC, se aprobaron maneras para llegar a $15 anuales sin que sea el fin del sector privado. A otros sitios les será más difícil adaptarse por las diferencia­s económicas. Ese es un problema de desarrollo que no debe ser ligado a un salario de pobreza.

El trabajo merece una compensaci­ón equivalent­e a una vida digna sea donde sea.

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