En defensa del español
Enfermeras boricuas de una clínica en Haines City denuncian que sufren acoso por hablar español en su trabajo, pese a que las contrataron por ser bilingües
Debido al incremento del acoso que han sufriendo por parte de sus jefes por hablar español y porque el Departamento de Recursos Humanos no ha dado contestación a sus quejas, siete mujeres puertorriqueñas que trabajan en una clínica del Departamento de Salud en Haines City, Florida, denunciaron en conferencia de prensa que recibieron un memorando enviado por un supervisor en la que se les advirtió que podrían ser despedidas si continuaban con su hábito de hablar español entre ellas en el trabajo.
“Es horrible. Nunca en mi vida pensé que tendría que pasar en algo así. Por eso decidimos exponerlo a los medios”, dijo Mairyli Miranda, enfermera bilingüe que contestó una pregunta en inglés de un reportero de un canal americano. Ella recordó que han pasado dos meses desde que iniciaron una queja en el Departamento de Recursos Humanos a nivel local y en Tallahassee, la capital de Florida, y no han recibido contestación.
Las otras enfermeras son Laura Rivera y Irkania Orama y también participaron en la queja María Rivera, auxiliar administrativa, y Débora Torres, secretaria. Las mujeres han recibido apoyo de la Coalición Respeta Mi Gente, que incluye Alianza for Progress, Boricua Vota, Hispanic Federation, Misión Boricua y Organize Florida, Boricuas de Corazón, Bring it Home, FLIC, Faith in Florida, For Our Future, Puerto Rico Connect y Vote Riders.
Marcos Vilar, director de Allianza for Progress, dijo que su grupo puso a las mujeres en contacto con la oficina de Orlando LatinoJustice PRLDEF, organización que proporciona servicios legales gratuitos en temas como derechos civiles de los inmigrantes, justicia económica y derecho al voto y afirmó que no se descarta una demanda por discriminación.
“Ellos [LatinoJustice PRLDEF] no han hecho el estudio necesario entonces no se puede tener respuestas legales esta noche, pero se está contemplando seguir teniendo reuniones con las enfermeras y vamos a ver el ángulo legal, vamos a mirar también el ángulo laboral y gubernamental y la presión pública que se puede ejercer para asegurar que no siga el acoso”, afirmó Vilar.
Por su lado, Miranda exige que culmine el acoso laboral por hablar español. Ella es oriunda de San Juan, Puerto Rico, y lleva ya 15 años viviendo en Florida. “Hablamos en inglés con los pacientes y el personal que no es bilingüe, pero hablamos español entre nosotras porque pensamos en español. No hay ninguna ley que nos prohíba hablar español “, dijo.
Haines City está localizada en el Condado de Polk, que tiene un historial de tener funcionarios como alguaciles y policías que se concentran en perseguir y discriminar a los inmigrantes en especial a los mexicanos.
Hablar español era un requisito de trabajo cuando fueron contratadas. “Y eso fue realmente sorprendente porque nos exigieron que habl áramos español con fluidez debido a la cantidad de pacientes bilingües que vienen aquí”, dijo Gloria Maunez, una enfermera puertorriqueña de Haines City.
La Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC por sus siglas en inglés) dice que es ilegal exigir que un empleado solo hable inglés, excepto cuando el uso de ese idioma es parte de las operaciones de la compañía.
“Llevo tres años trabajando en el Departamento de Salud y cuando me contrataron dijeron que estaban buscando a una persona que hablara español porque en el área donde yo iba a estar tenía que hablar con pacientes que la mayoría hablan español. La entrevista de empleo comenzó primero en español con una empleada hispana y determinaron que nosotros sí éramos bilingües, entonces procedieron con la entrevista en inglés”, dijo Nilian Quiñones.
Agregó que sus empleadores no supieron especificar por qué no podían hablar español. “El problema es que cuando nos dijeron que no habláramos en español nos alzaron la voz y nos gritaron. Otra cosa es que no podemos hablar español ni tan siquiera en nuestra hora del lunch, que es cuando habló con mi esposo en español y yo tengo una bebé de dos meses que quiero que hable español, que no pierda sus raíces”, aseguró Quiñones.