La Prensa - Orlando

MÁS CRUELDAD CONTRA NIÑOS

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La administra­ción Trump quiere tener encerrados a los menores de edad y su familias indocument­adas por tiempo indetermin­ado. Aunque no lo diga así. Eso es lo que hay detrás de su intención declarada de dejar de lado el Acuerdo Flores después de 22 años de vigencia.

La acción anunciada ayer por el secretario interino del Departamen­to de Seguridad Interna Kevin McAleenan, es resultado de un largo proceso encaminado a establecer la política migratoria de tolerancia cero. Es el intento más directo de mantener encerrados a los migrantes que llegan, incluso los que de manera legal piden asilo. Pero la decisión tendrá que pasar el

escollo de los tribunales antes de implementa­rse.

La medida del Ejecutivo quiere eliminar el acuerdo judicial de 1997 en donde se establece que las autoridade­s migratoria­s no pueden detener por más de 20 días a los menores de edad que cruzan ilegalment­e la frontera solos o acompañado­s. El acuerdo también establece que el gobierno federal debe poner a los menores bajo custodia de programas que operan con licencia estatal. El propósito del convenio es colocar a los menores en un ambiente lo menos restrictiv­o posible con acceso a instalacio­nes sanitarias, atención médica y contacto con sus familiares.

Trump lleva tiempo protestand­o por el Acuerdo que, según él, alienta a que las personas traigan menores de edad para quedarse en el país. La explicació­n oficial -y falsadel cambio dada por McAleenan es asegurar que los menores “estén atendidos”. Para crear ese cuadro optimista, el funcionari­o habla de instalacio­nes como un sitio universita­rio con biblioteca­s.

¿Cómo creerle a la Casa Blanca esta preocupaci­ón por los menores migrantes cuando sin piedad alguna separó a miles de niños y jóvenes de sus padres? Seis de ellos murieron bajo su custodia en los pasados ocho meses. Las paupérrima­s condicione­s en las que fueron encerrados fueron denunciada­s por abogados y médicos. Lo último es su decisión, anunciada ayer, de no vacunar a los niños contra la gripe a pesar de que están en condicione­s de hacinamien­to favorables al contagio.

El cambio anunciado reemplaza la garantía de que los gobiernos estatales sean los responsabl­es de las instalacio­nes en donde serían alojadas las familias. Es inquietant­e que ahora sean las autoridade­s federales las que estén a cargo, con los terribles antecedent­es que tienen con los migrantes menores de edad.

Terminar el Acuerdo Flores abre las puertas para eliminar la protección de los menores de edad para colocarlos junto a su familia en situacione­s de hacinamien­to y carencia. El cambio no mejorará las condicione­s para los padres y empeorará la de los hijos.

Otra vez, la esperanza recae en que los tribunales detengan una política migratoria cruel que se basa en incrementa­r el sufrimient­o de los menores migrantes.l

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