¿Cómo será el primer censo “en línea” y quien garantiza la confidencialidad?
“La ley es clara: no se puede compartir ninguna información personal”.
Hoy seguimos con nuestra serie ocasional para responder las preguntas más frecuentes respecto al censo. Si usted tiene una duda o pregunta sobre el mismo, por favor escriba a pilarmarrero700@ gmail.com y consultaremos a los expertos para obtener las respuestas. chos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA) explicó que a partir del 12 de Marzo, la Oficina del Censo enviará tarjetas o una carta a cada hogar para invitarlos a llenar unas diez preguntas en línea utilizando un número identificador especial.
No todo el mundo tiene Internet.
Pero el primer censo “online” no olvida que hay sectores de la población que simplemente no tienen fácil acceso a una computadora o a conexión de internet. Según un reporte del Public Policy Institute de California, 90% de los hogares en California usan el internet y 73% tienen un celular. No obstante, hay poblaciones que están menos conectadas: en comunidades de bajos recursos, zonas rurales y latinos o afroamericanos, sólo entre un 54 y un 67% están conectados al internet.
Usted tendrá más de una oportunidad de participar.
“La invitación también incluirán información sobre la opción de hacerlo en papel o por teléfono”, apuntó Guevara “Luego enviarán tres recordatorios más hasta finales de abril. Y si no reciben respuesta de ese hogar, entonces llegarán los funcionarios en persona a tomar el sondeo”. Un 5% de los hogares recibirán un cuestionario por escrito desde el principio, sea porque tiene limitada conectividad o porque se trata de regiones con una población de personas mayores o menos conectadas tecnológicamente. En sitios remotos donde no llega el correo, un funcionario del censo llegará a dejar una invitación en persona.
Computadoras en la comunidad:
Organizaciones comunitarias presumiblemente aportarán computadoras para que el formulario del Censo pueda ser llenado en línea en sus oficinas y tocarán puertas para recordar a la comunidad que es importante el participar. Se espera que las Bibliotecas Públicas con computadoras también se conviertan en un lugar favorito de quienes no tienen fácil acceso al internet.
La importancia de participar es la clave:
“Queremos recordarles que el censo toma poco tiempo de responder, pero significa mucho para nuestras comunidades”, dijo la activista. “Sus resultados ayudan a traer recursos a sus hogares y aseguran que nuestros valores están representados en el gobierno”.
Según un sondeo del Public Policy Institute, los latinos tienen altos índices de desconfianza en torno a la privacidad de la información que ofrezcan al Censo.
Hay dos niveles en esta desconfianza.
Uno, si entregar datos “en línea” al gobierno es seguro en una época en la que los hackeos (robos) de datos a empresas privadas financieras, por ejemplo, están sobre la palestra todos los días.
Dos, si es posible confiar en este gobierno a la hora de hacer buen uso de la información de la ciudadanía.
En cuanto a la primera duda, la Oficina del Censo asegura que ha trabajado a varios niveles para proteger la información que recabará en línea o por medio de sus “contadores” puerta por puerta, quienes también llevarán teléfonos con una aplicación especial para enviar toda la información directamente a sus bases de datos.
Los datos serán “encriptados” para proteger su transmisión. El personal deberá usar doble autenticación para verificar a los usuarios y el gobierno utilizará el sistema Einstein 3A para monitorear las redes e identificar actividad maliciosa en torno a las bases de datos.
En segundo lugar, la confianza en el manejo de los datos está garantizada por la ley, señalaron portavoces del censo.
“La ley es clara: no se puede compartir ninguna información personal”, explicó un email enviado en respuesta a nuestras preguntas por Patricia Ramos, portavoz regional del censo.
“Bajo el Título 13 del Código de los Estados Unidos, la Oficina del Censo no puede revelar ninguna información identificable sobre individuos, hogares o negocios, ni siquiera a las agencias del orden público. Todos los empleados de la Oficina del Censo juran proteger su información. Hemos jurado de por vida proteger la confidencialidad de sus datos. Podríamos ir a la cárcel o ser multados con hasta $250,000 si violamos ese juramento”, agregó la funcionaria.
Guevara añadió que la ley está de lado de la confidencialidad. Y para los que no confían en este gobierno, la activista pidió confiar en la vigilancia de la comunidad legal y grupos comunitarios.
“Estamos comprometidos a servir como guardianes de lo que suceda, nosotros no tenemos miedo a asumir la lucha necesaria para asegurar que este gobierno cumpla la ley”, expresó Guevara.O