Millennials llevan de la mano a Puerto Rico
ConPRmetidos, una organización sin fines de lucro, desarrolla varias iniciativas para el desarrollo de la Isla
Iris Jannette Rodríguez todavía recuerda con mucho sentimiento que hace poco más de dos años el huracán María la dejó sin nada. Dice que apenas pudo se trasladó a su finca de café en la zona central de la isla. Allí al pie de la devastación “lloré, lloré mucho y me dije que ya no quería seguir en esto. Justo estábamos por recoger la cosecha”.
Sin embargo, los trabajadores de la hacienda le hicieron cambiar de opinión. “Llegaron y me tocaron la puerta para preguntarme ‘¿qué tenemos que hacer jefa? ¿Cómo podemos ayudar para levantar esto?’”.
Ese fue un momento determinante para esta puertorriqueña cuya familia siempre se ha dedicado a la actividad cafetera. Expresa que se dio cuenta de que no podía ser egoísta. “Yo por lo menos tenía mi casa, mi techo seguro, pero ellos ni eso”. María arrasó con todo en septiembre del 2017. “Estuvimos 8 meses sin energía eléctrica y dos meses sin agua potable. Fue fuerte...”, asegura.
“Los 21 municipios de la zona central de la isla dependen del café. Después del huracán no había semillas, nosotros necesitamos 18 millones de árboles y al día de hoy solamente se han sembrado 3 millones”.
Allí es donde entra al rescate la organización sin fines de lucro ConPRmetidos, conformada por jóvenes millennials.
Cuando Rodríguez pidió apoyo a ConPRmetidos lo primero que pensó Isabel Rullán -una de las fundadoras- fue que ellos no tenían la menor idea sobre el proceso del cultivo de café. Pero poco a poco fueron encajando un plan hasta que finalmente los hacendados del área se han ido abriendo camino con su propia fundación PROCAFE, que tiene 700 miembros.
“ConPRmetidos nos dio la base y la esperanza de que podíamos mantenernos en nuestras fincas y no teníamos que irnos. Fue un esfuerzo bien complicado. Perdimos en aquel entonces el 85% de la plantación”, indica Rodríguez que además está al frente de PROCAFE.
Se calcula que la industria cafetera de la isla vio esfumarse alrededor de 75 millones de dólares.
Durante una visita al área de la montaña en Utuado aún pueden observarse rastros de María. A lo largo del camino yacen varias casas abandonadas y destruidas total o parcialmente. Pero también se ven los avances. Por primera vez los agricultores del área tienen incluso un manual que incluye el proceso de principio a fin para el manejo de las plantaciones de café.
Con un trabajo mancomunado tienen como meta posicionar a la Isla en esta industria. Y para ello ya están tomando acción con la siembra de nuevas variedades de plantas más resistentes cuyos frutos se verán en tres años. “Puerto Rico tiene el mejor café”, expresa orgullosa Rodríguez.
Educación y salud: una visión sustentable
Si bien María causó tragedia también fue una llamada de alerta para tomar conciencia de que la isla necesita un desarrollo sustentable. Por eso ConPRmetidos decidió otorgar 75,000 dólares a la Corporación de Salud y Desarrollo Socioeconómico del Otoado, también conocida como COSSAO.
Parte de los fondos sirvieron para poner en funcionamiento el primer contenedor de cultivos hidropónicos en una escuela elemental de 200 estudiantes que lo único que recibe anualmente del gobierno local son 50,000 dólares.
“Después del huracán dejaron la escuela como 70 estudiantes”, menciona el director del plantel Saúl Vargas.
Vargas espera que iniciativas como las de COSSAO, que dirige el activista comunitario Tito Valentín, ayuden a inculcar desde la infancia la importancia de una agricultura con sistemas sustentables.
“No es muy complicado”, indica al señalar unas parcelas con lechugas hidropónicas. “Todo lo que producen en la escuela se distribuye aquí mismo”.
Formar estudiantes capaces de desarrollar nuevas técnicas agrarias que al mismo tiempo suplan las necesidades alimenticias de los isleños es la meta de este proyecto.
Pero Valentín y ConPRmetidos también están atacando otro problema latente en el área: la falta de atención médica en un sector donde hay mucha población envejeciente y enferma. “El hospital más cercano queda a una hora de aquí”, manifiesta.
Así es como surge la necesidad de instalar la clínica BoMameyer de Utuado. Allí, en lo que fue un local abandonado, hoy funcionan las instalaciones del centro médico donde se ofrecen servicios gratuitos de medicina primaria. “Atendemos un promedio de 40 pacientes por día”, asegura el activista, no sin antes mencionar que la clínica usa energía solar y que pronto tendrán servicios de salud dental.
A recuperar la pesca
El huracán también contribuyó a poner en relieve la situación de desventaja en la operan los pescadores de Borinquen. Y esto lo conoce
de primera mano Carlos Velázquez que lleva más de 20 años viviendo de la pesca en Naguabo. “Después del huracán solo quedaron 9 pescadores en esta villa. Pero actualmente hay 20”, indica.
“La pesca es un trabajo honorable. Pero si no tenemos las ayudas y los incentivos para una escuela, este oficio va en decadencia”, asegura con tono de preocupación el dirigente.
Es por eso que por intermedio de Conservación Conciencia, con el refuerzo de ConPRmetidos, se están impulsando nuevas estrategias para hacer que los pescadores realmente vean incrementar sus ingresos. El proyecto abarca distintos aspectos que van desde orientarlos en la distribución directa a los restaurantes con precios justos, la captura de otras especies y el cambio de mentalidad sobre cómo salvaguardar los ecosistemas.
Reportes indican que actualmente hay 1,200 pescadores comerciales en la Isla.
Así de la mano de un grupo de millennials, varias partes de la Isla del Encanto emprendieron una ruta segura a la recuperación y desarrollo para hacer frente a cualquier otro huracán.l