LA CAÍDA DE BABILONIA
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Seguimos en la ruta del apocalipsis, el libro de las profecías, el libro que cierra con broche de oro las sagradas escrituras, la Biblia, en donde nos narra los acontecimientos de los postreros o días finales, lo que va a suceder en un futuro muy cercano.
Estamos viviendo días muy difíciles y preocupantes, no podemos tapar el sol con las manos, es una realidad y vemos con asombro y terror esta epidemia de la neumonía para lo cual la humanidad no estaba preparada, la ciencia todavía no ha encontrado cómo atacarla y saber que esto está escrito y el mismo Jesucristo lo dijo cuando sus discípulos le preguntaron cuales serían las señales de los últimos días. Dijo que habría pestes y hambre y esto sería principio de dolores.
Y escrito está y la gente viendo todas estas cosas no se arrepintieron, antes se burlaban y blasfemaban el nombre del Señor.
El apóstol vio al ángel que con gran voz decía, ha caído, ha caído la gran Babilonia, refiriéndose a la mujer vestida de púrpura y escarlata adornada de oro y piedras preciosas y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de todas abominaciones y en su frente un nombre: Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra y tenía siete cabezas y diez cuernos. Y estas siete cabezas refiriéndose a los siete montes o colinas en que se asienta. La única ciudad en el mundo con estas características se llama Roma, su sistema socioeconómico y político será la que apoye al anticristo, proclamando una paz ficticia y estabilidad económica sin bases.
Y oyó al ángel decir, salid de ella. El Señor nos hace un llamado, volvámonos a Cristo, arrepintámonos, el que tenga oídos que oiga.
Se me portan bien y buen genio.l