La Raza Chicago

“VIVÍ UN INFIERNO”: ARMANDO SERRANO

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Serrano, de 43 años, un hombre de estatura mediana y atlética y de sonrisa ancha, relató que meses después del asesinato de Vargas la Policía lo interrogó. Cuando entró a la sala de interrogac­ión, Serrano dice que Guevara tiró unas fotos sobre la mesa.

“Se veía [la persona en la foto] como alguien que había sido golpeado en la cara horribleme­nte porque su cara estaba llena de sangre. Instantáne­amente le dije a Guevara que yo no tenía nada que ver con eso. Guevara me dio una bofetada a mano abierta. Cada vez que le decía que yo no tenía nada que ver, el me bofeteaba”, dijo Serrano.

Después del interrogat­orio, a Serrano lo devuelven a su casa. Pero días después, fue arrestado. Guevara no le permitió una llamada telefónica, aseveró Serrano: “Estaba en shock, no me lo esperaba, realmente pensé que me iría pronto a casa porque sabía que era inocente”.

Serrano recuerda que cuando el juez Bolan lo sentenció se sintió “como en el espacio, porque no podía creerlo. Yo creo que a Bolan no le importó porque ellos no valoran nuestras vidas ni a nuestras familias. Pero siempre me pregunté por qué esto me sucedió a mí. Nadie quería escuchar”.

La cárcel para Serrano fue ´XQ LQÀHUQR XQD WRUWXUDµ 5Hlata que la rabia que llevaba adentro lo conducía a meterse en peleas en la cárcel. Pero a pesar del calvario del encierro y de no poder ver a sus dos hijos crecer ni a sus padres envejecer, Serrano encontró la manera de sobrevivir haciendo ejercicios, escribiend­o, tallando pequeños espejos decorados por él. Años después, tomó clases hasta que logró completar un grado de asociado en estudios sociales.

“A veces sentía que esto era todo para mí, que ésta era la vida que me había tocado”, dijo Serrano.

Al igual que Montañez, Serrano también era miembro de la pandilla Imperial Gangster. Tuvo problemas con la ley, sobre todo al ser arrestado por robo armado, cargo que le fue sustituido por robo simple ya que el arma que acarreaba Serrano era falsa.

“Yo no era ningún santo, ningún ángel, pero nunca le hice daño a nadie. Pero para ellos fue fácil culparnos”, dijo.

Asimismo, al igual que la familia Montañez, los Serrano gastaron miles de dólares en abogados. Cuando Serrano fue arrestado, su madre, Neida Serrano, dijo que un abogado le dijo que podría sacarlo pero que iba a costar más de $60,000. “Luego otro abogado dijo que lo haría, pero que quería $18,000 en efectivo. Entonces pedimos un préstamo en el banco, le llevamos el dinero, pero cuando llegamos a la corte nos dimos cuenta de que el abogado no tenía la menor idea de lo que hacía”, contó su madre.

Al salir de la cárcel, Serrano dijo que sentía que nada de lo que sucedía era real. “Me sentí extraño, con toda la gente sacando fotos con sus celulares. No estaba preparado, pasó todo muy rápido. He visto a familiares que no veo desde hace años, el vecindario ha cambiado drásticame­nte. Noté que Logan Square está limpio y ordenado”, contó Serrano.

A medida que los días pasan, Serrano intenta poner su vida en orden, conseguir VXV WDUMHWDV GH LGHQWLÀFDF­LyQ fortalecer su relación con sus dos hijos y ver qué le depara el

destino. Pero mientras tanto, vive día a día con cautela porque, al igual que Montañez, también tiene temor de que lo que le pasó hace 23 años le vuelva a ocurrir.

“Estamos todos a la guardia. Estamos felices pero estamos consientes de que esto puede suceder de nuevo en cualquier momento”, dijo María Serrano, su hermana.O

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