TOME CHOCOLATE, PAGUE LO QUE NO DEBE
En eso insiste, y desde hace meses, la empresa distribuidora de energía eléctrica ComEd y su casa matriz, Exelon. Las dos quieren que usted pague tarifas cada vez más altas, mes a mes, para VXEVLGLDU ODV LQHÀFLHQWHV SODQtas de energía nuclear que tienen en las Quad Cities y en Clinton, cerca de Decatur.
El asunto ha llegado a convertirse en primera plana en casi todos los periódicos del estado. La iniciativa de ley primero llamada SB1585 y ahora SB2814 exige a la legislatura estatal en SpringÀHOG TXH DSUXHEH XQ VXEVLGLR de más de $16,000 millones para salvar las dos plantas.
Excepto que ni ComEd ni Exelon pagarán el rescate. Para eso está usted, estimado usuario. Poco importa que ComEd haya obtenido aumentos de tarifas por más de $300 millones desde 2011. Quieren más y más dinero de usted, quieren que usted les subsidie la operación y les resuelva sus problemas operativos, para eventualmente convertirse en un monopolio.
ComEd y Exelon quieren chantajear el estado alegando que se perderán miles de empleos si las plantas tienen que cerrar. Si tal es el caso, ¿por qué no usar la derraPD ÀVFDO JHQHUDGD SRU HVDV plantas para apoyar a sus trabajadores si se quedan desempleados? También cabe preguntarse si las empresas que han cerrado o abandonado Illinois desde la recesión de 2008 no tenían derecho a un rescate.
A ComEd y Exelon esas minucias no les interesan. Estos dos gigantes, que ganan miles de millones de dólares al año distribuyendo electricidad que ni siquiera generan, han encontrado la manera de sacarle jugo al consumidor usando a la legislatura estatal como trampolín.
Excepto que esta vez se le han acumulado los enemigos. Ya no sólo son las organizaciones de abogacía y defensa de los consumidores quienes se oponen. Ahora también lo hacen grandes empresas como Archer Daniels Midland y Caterpillar, y asociaciones profesionales como la Asociación de Manufactureros de Illinois o la Asociación de $GPLQLVWUDGRUHV GH (GLÀFLRV GH 2ÀFLQDV GH &KLFDJR (VWRV grupos saben que el aumento de tarifas no sólo afectará a clientes residenciales sino también a los empresariales.
Extraña un poco el silencio de muchos políticos de Chicago en este tema, tomando en cuenta que el impacto de la iniciativa de ley, de aprobarse, sería brutal en la economía de la ciudad. Un reciente sondeo de Charles Schwab indicaba que los residentes de Chicago estaban hartos del aumento al costo de la vida en la ciudad y que los pagos de servicios como electricidad, calefacción, cable o teléfono ocupan el tercer lugar en costos por hogar, por debajo de la alimentación y la deuda de corto plazo.
Algunos políticos, como el comisionado del Condado de Cook Jesús ‘Chuy’ García