La Raza Chicago

“Trump, no me vuelvas un huérfano”

- Belhú Sanabria LA RAZA

Menores ciudadanos estadounid­enses de Chicago buscan no ser separados de sus padres indocument­ados, abogan por la reunificac­ión familiar y su lucha la llevan hasta Washington DC

Tienen el mismo sentir. “No queremos que otros niños ni jovencitos pasen por lo mismo que nosotros”, dice un grupo de menores ciudadanos estadounid­enses hijos de indocument­ados que viajaron desde Chicago hasta Washington DC para luchar contra la deportació­n de sus padres.

Y es que estos niños y jovencitos estadounid­enses tienen al menos uno de sus padres indocument­ados deportados o en proceso de deportació­n o temen que su madre su padre sean deportados.

Alrededor de 12 menores acompañado­s por líderes comunitari­as de la organizaci­ón Familia Latina Unida viajaron recienteme­nte desde Chicago hasta Washington DC para presentar una demanda colectiva contra la administra­ción del presidente Donald Trump porque señalan que “su administra­ción viola los derechos de los niños ciudadanos al deportar a sus padres”.

Durante el anuncio en rueda de prensa este martes, los menores con playeras negras y letras blancas que decían: “Don’t make me an Orphan” (No me vuelvas un huérfano) compartier­on sus historias de inmigració­n y contaron con el respaldo del congresist­a Luis Gutiérrez (D-IL4).

“Vamos para Washington porque queremos anunciar una campaña para iniciar una demanda contra la administra­ción del presidente Donald Trump, por violar los derechos constituci­onales de estos niños y jóvenes ciudadanos cuyos padres están en riesgo de deportació­n o ya han sido deportados o están en proceso de deportació­n”, hizo hincapié Emma Lozano, pastora de la iglesia Metodista Unida Lincoln del barrio de Pilsen.

Lozano señala que bajo la Constituci­ón de Estados Unidos, los menores ciudadanos tienen derechos, como la búsqueda de la felicidad pero que ellos no pueden lograr ser felices “porque son separados de sus padres debido a las deportacio­nes”.

Hay un remedio que está ‘dormido’ en la Corte Suprema, que no es completo sino parcial, mencionó Lozano haciendo referencia al programa DAPA.

La Acción Diferida para Padres (DAPA) es un programa anunciado en 2014 por el entonces presidente Barack Obama que habría otorgado un permiso de trabajo y protección de la deportació­n a padres de ciudadanos o residentes legales. Pero este programa no entró en efecto debido a que fue frenado en tribunales en un proceso que quedó sin decisión en la Corte Suprema.

“Nosotros creemos que con esta demanda vamos a poder levantar conciencia alrededor de este país acerca de los derechos de los niños y jóvenes ciudadanos que están siendo afectados por estas leyes rotas”, remarcó Lozano a La Raza.

“No queremos que separen más familias”

Antes de llegar a Washington DC, el grupo hizo una parada en Baltimore para apoyar a la indocument­ada Verónica Castro, quien tuvo una audiencia con funcionari­os de inmigració­n el pasado 4 de abril.

A Castro las autoridade­s migratoria­s le dieron permiso para permanecer por un año más en el país. La mujer tiene cuatro hijos ciudadanos estadounid­enses, dos de ellos con discapacid­ad, y está ca- sada con un militar veterano que padece diabetes. Toda su familia depende de ella.

Cecilia García fue en representa­ción de las esposas que son separadas a causa de las deportacio­nes. Ella es ciudadana estadounid­ense al igual que sus cinco hijos.

El esposo de García fue deportado a México por reingresar de forma irregular a Estados Unidos hace cinco años.

Mahalea Velasco, de 10 años, fue también con su madre Cecilia hasta Washington DC y compartió su historia de separación familiar. “Mi papá es un buen papá, lo echo de menos todos los días, trabajó para cuidar a toda la familia y cuidar de nosotros”, compartió entre lágrimas la pequeña.

“Estamos aquí en la lucha porque ya no queremos que separen más familias, conozco ese sufrimient­o, ese dolor, también buscamos la reuniÀFDFL­yQ IDPLOLDU SDUD SRGHU reunir a esas millones de familias separadas”, dijo García.

Saúl Arellano nació en Estados Unidos. Él conoce de SULPHUD PDQR OR TXH VLJQLÀFD la separación familiar. Su madre Elvira Arellano, originaria de México, fue deportada a su país de origen en 2007. Reingresó a Estados Unidos desde México en 2014 con libertad condiciona­l.

La última renovación de libertad condiciona­l le fue otorgada a Arellano por autoridade­s migratoria­s en marzo pasado, mientras está a la espera de la decisión a su petición de asilo.

“Nosotros, los hijos de los indocument­ados, estamos peleando por nuestros padres porque ahora están ellos bajo ataque, tenemos que defenderlo­s”, señaló Arellano, de 18 años.

Mientras que Bladimir Caballero, dreamer amparado con DACA (Acción Diferida para los llegados en la Infancia), quien también participó en el viaje a Washington, dijo que ese programa le ha cambiado la vida por completo y que ya no vive con miedo porque ahora puede caminar por las calles tranquilo, sin temor a que lo arresten y lo deporten. Pero lo que le preocupa a Bladimir es la condición migratoria de su madre Doris Aguirre, quien está en proceso de deportació­n y dice que por ella y por muchos niños con o sin papeles la lucha para él no ha terminado.

“No queremos que los niños crezcan sin padres, queremos que las familias estén unidas”, remató Bladimir, de 17 años.O

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BELHÚ SANABRIA / LA RAZA Izaithell Aguirre, Doris Aguirre y Bladimir Caballero.

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