La Raza Chicago

Sobrevivie­nte Habla el padre de uno de los migrantes que fue encontrado dentro de un tráiler en San Antonio, Texas, donde murieron varias personas

- Araceli Martínez Ortega

Brandon Rodrigo Martínez De Loera, un joven de 16 años que fue encontrado agonizante dentro de un sofocante camión tráiler en el estacionam­iento de una tienda WalMart en San Antonio, Texas, se encuentra fuera de peligro.

Es un sobrevivie­nte de una tragedia que ya cobró la vida de 10 inmigrante­s; hay decenas más que quedaron abandonado­s dentro del vehículo.

“Ha superado el riesgo de muerte. Sus órganos se encuentran a salvo, pero la doctora nos ha informado que no sabemos cómo vaya a quedar su mente. Tenemos que esperar. El muchacho está saliendo de un coma y emite sonidos”, dijo el abogado en migración Alex Gálvez.

Aunque esta fuera de peligro, el joven todavía no habla y su estado es delicado.

El defensor se ofreció voluntaria­mente a llevar a José de Jesús Martínez, padre de joven, desde Denver, Colorado a San Antonio, Texas. Debido a la condición indocument­ada del padre que reside, Gálvez lo acompañó en el viaje de avión para que no tuviera contratiem­pos con Migración.

Brandon era parte de un grupo de inmigrante­s que intentaban entrar a Estados Unidos dentro del contenedor del tráiler. Pero la travesía terminó en tragedia. El domingo un empleado de la tienda reportó la presencia del camión en el estacionam­iento luego de que un inmigrante, todo desorienta­do, logró salir y le pidió agua.

La policía encontró ocho personas muertas dentro del vehículo y 30 más en estado

Brandon Rodrigo Martínez De Loera, de 16 años, que iba en el tráiler y se encuentro todavía en un hospital de San Antonio, Texas. En la foto de la derecha aparece junto a su padre, José de Jesús Martínez, quien llegó para auxiliar a su hijo.

delicado de salud. Hasta el lunes sumaban 10 los muertos y 20 permanecía­n en el hospital, entre ellos Brandon - quien se encuentra en North Central Baptist Hospital.

El tráiler en el que viajaban no tenía aire acondicion­ado y las temperatur­as el domingo en San Antonio, Texas superaban los 110 grados Fahrenheit.

“La buena noticia es que le han quitado el respirador al muchacho y está fuera de peligro”, sostiene Gálvez.

Inmigrante mexicano

Brandon Rodrigo es de Aguascalie­ntes, México. A su corta edad, tiene un bebé de dos meses. Allá vivía con su madre, María Guadalupe De Loera. Su padre vino a trabajar a Estados Unidos hace un año y medio. “Yo trabajo en

(diseño de jardines) en Denver”, dice vía telefónica el padre.

Tiene cuatro hijos. Brandon Rodrigo es el segundo hijo de su primer matrimonio.

“Yo no sabía que él venía. Me enteré dos o tres días después de que salió y lo traía un coyote. Supe de la tragedia de San Antonio, pero no pensé que mi hijo pudiera venir en el tráiler hasta el domingo por la tarde que me avisaron”, narra.

La noticia lo devastó. “No podía creerlo. Estoy desgarrado, nervioso, triste. Tengo mucho miedo. Al principio, me lo reportaron en estado crítico, con daño en riñones, pulmones, cerebro por la asÀ[LD \ D FDXVD GHO FDORU 1R tenían ventilació­n en el camión ”, revela.

Este padre dice que lo último que supo de su hijo es que habían cruzado el río por el lado de Laredo, Texas pero nunca pensó que pudiera pasarle algo malo.

El Consulado de México en San Antonio está ayudando a la madre del muchacho a obtener una visa humanitari­a para que pueda viajar a ver a su hijo.

La Migra asusta a familiares

El abogado Gálvez dice que muchos familiares de las víctimas de la tragedia de San Antonio no quieren acercarse a los hospitales donde estan los sobrevivie­ntes para verlos y cuidarlos porque tienen miedo a la Migra.

“La realidad es que está lleno de oficiales de Inmigració­n vestidos de civiles. Están afuera de los cuartos, en los pasillos, en las salas de espera, afuera del hospital. Por todas partes”, expone.

Eventualme­nte, tanto paGUH H KLMR SRGUtDQ FDOLÀFDU para una Visa U, que les daría un alivio para que pudieran permanecer legalmente en Estados Unidos. Por ahora, lo primero es esperar a que el muchacho se recupere.

Gálvez reportó de última hora que los agentes de Inmigració­n trataron de intimidar y muy probableme­nte de arrestar al padre del muchacho.

“En plena sala de cuidados intensivos para niños, varios agentes de Inmigració­n de manera prepotente y a gritos quisieron interrogar al papá”, cuenta.

“Tuve que llamar al abogado federal de Inmigració­n encargado del caso y obtuve la promesa de que no lo van a molestar mientras el menor esté en el hospital. Se disculparo­n con la excusa de que el delito cometido fue muy grande”, dijo.

Con los nervios de punta, el padre del muchacho admitió su temor de que al irse el abogado lo puedan arrestar. “Estoy muy mal con lo que le está pasando a mi hijo y aparte me ha entrado mucho miedo de que me detengan. Yo solo quiero estar con mi hijo. Les pido que me dejen estar con él”, clamó lleno de congoja.

Se calcula que en el tráiler donde venía el joven mexicano iban escondidos unos 100 inmigrante­s procedente­s de México y Centroamér­ica cuyas edades oscilaban entre los 20 y 30 años, pero también había algunos menores de edad. Uno de ellos de origen mexicano ya fue dado de alta del hospital. Algunos alcanzaron a escapar en vehículos que los recogieron del lugar.

El chofer del tráiler, James Matthew Bradley Jr., de 60 años, fue acusado de transporta­r indocument­ados, un delito que le implica la posibilida­d de ir a prisión de por vida o incluso la muerte; o bien una multa por $250,000 y tres años de libertad condiciona­l.O

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