La Raza Chicago

Como zona de guerra

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El esposo de Georgina $PH]FXD VH KD EHQHÀFLDGR de estas actividade­s primarias por ser el mecánico del pueblo. Así construyó su hogar de dos plantas, una terraza y dos accesorias donde El terremoto de 7.1 grados que sacudió a México también dejó destrucció­n en Xochimilco, Tlalpan y Milpa Alta, en el sur de la capital mexicana.

Usuarios de redes sociales solicitaro­n ayuda para rescatar a personas que quedaron sepultadas entre los escombros en San Gregorio, Xochimilco.

“En Xochimilco nadie está ayudando, la gran mayoría de Santa Cruz Acalpixca y San Gregorio está destruido. La gente se quedó sin casa. Están sacando a la gente de los escombros inconscien­tes”, fue el mensaje que comenzó a difundirse a través

recibía a los clientes. Pero después del sismo Georgina y su familia ya no tienen de Facebook y Twitter.

“No lo dicen en los medios […] Xochimilco necesita ayuda”, se agregó en el mensaje.

Hasta el cierre, la delegación Xochimilco reportó cinco personas muertas y una lesionada tras el colapso de al menos 52 inmuebles.

El Jefe Delegacion­al, Avelino Méndez Rangel, informó que hay 67 bardas caídas y 29 más que están en riesgo. Asimismo, se registraro­n daños en siete vialidades, dos deslizamie­ntos de tierra, dos fugas de agua, tres incendios, 33 afectacion­es en infraestru­ctura eléctrica, siete postes caídos y ruptura del acuaférico.

La Administra­ción local

nada: un arquitecto amigo les dijo que quedó inservible: las paredes de la cocina instaló un albergue temporal en el Foro Cultural Quetzatcóa­tl, ubicado en el centro histórico de la delegación.

El mismo martes comenzó a circular un video que muestra cómo las trajineras de Xochimilco fueron fuertement­e sacudidas por el oleaje causado por el sismo.

En la delegación Tlalpan, brigadista­s sacaron de entre los escombros del multifamil­iar colapsado los cuerpos de dos menores.

El edificio constaba de cinco niveles y, por lo menos 30 departamen­tos.

Aunque los rescatista­s no revelaron el estado de salud de las víctimas, los cuerpos salieron envueltos en sábanas.

y la sala desapareci­eron, las recámaras no son más que escombros y sólo quedó el patio. “No ha venido a atender ninguna autoridad”, dijo

Las calles de Jojutla se volvieron en las últimas horas un río de gente desparrama­da en todas direccione­s: cientos de voluntario­s con cazuelas de arroz y tortillas al hombro; gendarmes, policías estatales, militares en vigilancia; hombres sin casa que durmieron en el piso, exhaustos de rescatar sus pocas pertenenci­as y a sus muertos

En medio de ese caos Angélica veló a su pequeño Daniel Mateo en la funeraria Morelos en una ceremonia a la que asistieron dos docenas de amigos; el resto estaba ocupado en sus cosas o en mantener la calma en alguno de los tres albergues temporales que se abrieron para los afectados

En la Unidad Deportiva La Perseveran­cia se montó un centro de acopio en el que se recibieron a una delegación de la Cruz Roja y donativos en especie de empresas y civiles. Ahí mismo se establecie­ron 10 carpas con apoyo del Ejército a las que se mudaron 300 familias que perdieron sus propiedade­s o están en riesgo

A Leonor Preciado se le vino el techo encima de la cocina y, aunque nadie se encontraba ahí para ser víctima, ahora mismo no se puede habitar porque el resto de la construcci­ón quedó debilitada. Cinthia Rios y sus tres hijos huyeron por las fugas de gas y la explosión de un puesto de ambulante de garnachas cerca de su domicilio

Su nuera, Sugeihli Sotelo, de 22 años, estuvo a punto de GDU D OX] SHUR HO EHEp SUHÀrió esperar aunque ya tiene nueve meses de gestación. “No es un buen momento, no es un buen momento”, dijo.

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