Esperanza
Un oficial de la Marina Armada de México informó al cierre de esta edición que dos de tres pruebas detectaron signos de vida de la niña que está bajo los escombros del colegio Enrique Rébsamen, ubicado en la avenida Brujas y División del Norte, en Coapa en la Ciudad de México.
“Metimos tres tecnologías: una es la parte térmica, sonora y movimiento. La térmiFD \ PRYLPLHQWR HVWi FRQÀUmado, pero la sonora no está FRQÀUPDGR SRUTXH KD\ PXFKR UXLGRµ GLMR HO RÀFLDO GH la Marina.
El sitio digital agregó además que “una autoridad que participa en el operativo de rescate dijo que le dieron agua a la niña a través GH XQD PDQJXHUDµ
El rescatista explicó que lo ideal sería volver a enviar la cámara térmica “para aseguUDU DO µ OD SRVLFLyQ GH OD PHQRU \ D SDUWLU GH DKt “utilizar todos los recursos SDUD PRYLOL]DUODµ
Hasta el cierre de edición, las imágenes térmicas revelaron una temperatura diferente a la del entorno, que señaOD KDFLD OR TXH SXHGH VHU ´HO WyUD[ ORV yUJDQRV YLWDOHVµ GH OD QLxD < VH DÀUPy TXH RWURV cuatro niños estaban también allí atrapados, pero con vida.
´(Q OD HVFXHOD KD\ HVSHUDQza todavía. Las maniobras de fuerzas federales y rescatistas KDFHQ LPDJLQDU XQD EXHQD noticia. Además de no usar maquinaria pesada, rocían el suelo con agua para que no se levante la tierra, apuntalan partes colapsadas con madera y conectaron ventiladores justo en dirección de la zona de GHVDVWUHµ VHJ~Q DXWRULGDGHV
En las proximidades del Colegio Enrique Rébsamen, KRMDV GH FXDGHUQR UHYHODQ HO destino de varios de los niños que quedaron atrapados tras el fuerte terremoto que azotó la Ciudad de México. “FátiPD HQFRQWUDGDYLYDµ ´)LGHO KRVSLWDO ÉQJHOHVµ ´3DPHOD DPEXODQFLDµ /RV QRPEUHV HVFULWRV HQ ODV KRMDV LQWHQWDQ VHU de ayuda a los familiares que se acercan a la institución.
Sin embargo, este es solo un pequeño gesto que no logra resolver las dudas de las decenas de familiares que esperan saber dónde están VXV KLMRV ´1R KD\ FHUWH]D GH QDGDµ DVHJXUD $GULDQD PDGUH GH XQD GH ODV QLxDV KDVWD el momento desaparecidas.
El derrumbe del colegio provocó la muerte de al menos 21 niños y cuatro adultos.
Cuando el martes empezó D WHPEODU D ODV KRUD ORcal, un grupo de alumnos de segundo de primaria, entre ORV TXH VH HQFRQWUDED OD KLMD de Adriana, Mónica, intentó HYDFXDU HO HGLÀFLR SRU ODV HVcaleras del lado izquierdo del inmueble.
“Fue justo la zona de coODSVR LQPHGLDWRµ H[SOLFD OD PDGUH 6X RWUD KLMD HQ XQ curso más avanzado, logró VDOLU GHO HGLÀFLR SRU HO ODGR opuesto y se encuentra bien
Si los niños sacados de los HVFRPEURV QR VRQ LGHQWLÀFDdos, conocer su paradero se KDFH FDVL LPSRVLEOH (Q ORV KRVpitales “no te dejan ver a los QLxRVµ \ HQ HO 0LQLVWHULR 3~blico “no te dejan ver el cuerSRµ SDUD VDEHU VL HV R QR XQ familiar, salvo que el nombre coincida con el registrado.
Adriana reconoce que la esperanza de encontrar a Mó- QLFD FRQ YLGD HUD ´PtQLPDµ Del grupo que iba con ella, ´DO PHQRV VHLV FKLTXLWRV \D fallecieron, y también una PDHVWUDµ GLFH
Al llegar a las inmediaciones del lugar, María Elena Villaseñor, voluntaria y vecina del lugar, atiende a quienes se acercan a las listas de los niños con un “¿está buscanGR D XQ IDPLOLDU"µ
Ella llevaba desde la tarde del martes intentando ayudar en las tareas de rescate. “No te puedes quedar parado sin KDFHU QDGD FXDQGR VDEHV TXH una escuela de kínder, primaULD \ VHFXQGDULD HVWi DEDMRµ señala la voluntaria, cuyos
pie.. KLMRV DVLVWHQ D XQ FROHJLR TXH está justo detrás del Rébsamen y que quedó en