YA SON TRES AÑOS DE LA DESAPARICIÓN DE LOS 43 NORMALISTAS DE AYOTZINAPA
Joaquina García Velázquez rehúsa pensar en su hijo Martín Getsemaní Sánchez, uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desparecidos en 2014, en tiempo pasado. Toda referencia a él la hace en tiempo presente. Le pregunto cómo era su hijo.
“MI hijo es, porque todavía tengo la esperanza que esté vivo, inquieto”, me contesta Joaquina, “le gusta mucho el futbol, le va al Cruz Azul y es de las personas que…, yo no me explico por qué le pasó esto, el solo busca su bienestar porque nosotros somos familias de bajos recursos”.
Esta madre mexicana explica que su hijo Martin, de tan solo 20 años, tenía apenas dos meses de haber ingresaGR D OD (VFXHOD 5XUDO 1RUPDO Isidro Burgos, en Ayotzinapa, cuando ocurrieron los hechos la noche del 26 de septiembre del 2014 en la ciudad de Iguala, Guerrero.
“MI hijo solo quería sobresalir para no quedarse como nosotros, que trabajamos en el campo y si se da la cosecha comemos y si no se da pues no tenemos nada”, explica ella. “Es por eso por lo que Martín se fue a la escuela de Ayotzinapa a estudiar”.
Aunque el gobierno de México condujo, supuestamente, una exhaustiva investigación en donde se presentó una “verdad histórica”, investigadores forenses de otros países después desmintieron esa versión sobre la desaparición de los 43 normalistas.
El trágico caso aún no está esclarecido a plenitud y con transparencia. Este 26 de septiembre los padres de los normalistas y sus simpatizantes volverán a exigir al gobierno que “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”.
Esta madre guerrerense dice con voz pausada: “Acusamos al gobierno de una desaparición de estado” porque, según ella, “hubo policías y militares presentes en el momento de su desaparición”.
Joaquina dice ser originaULD GH =XPSDQJR GHO 5tR HQ Guerrero, México, y relata que desde que ocurrió la desaparición de los 43 estudiantes ya nada ha sido igual para todos sus familiares.
“Nosotras dejamos trabajo, casa e hijos para que este caso se resuelva y no quede olvidado como otros casos”, dice ella.
Joaquina García Velázquez pasó por Chicago en octubre del año pasado cuando la entrevisté. Visitó la ciudad con una caravana de activistas de México, entre ellas otras madres de normalistas de Ayotzinapa.
“Nomás tenemos la esperanza de andar alzando la voz para encontrar personas que nos ayuden a difundir todo esto que nos está pasando en nuestro país porque no somos los únicos, son una multitud de personas que están desaparecidas y hay muchas madres con el sufrimiento de no saber dónde están sus seres TXHULGRV µ DÀUPy -RDTXLQD
“Yo les quisiera decir a todas esas personas que están involucradas con la desaparición de nuestros hijos que queremos, pues, que nos los entreguen porque ya es demasiado tiempo que no hemos tenido respuestas y no nos vamos a cansar de acusar al gobierno que él tuvo algo que ver con la desaparición de nuestros hijos,” concluyó esta activista.O