La Raza Chicago

YA SON TRES AÑOS DE LA DESAPARICI­ÓN DE LOS 43 NORMALISTA­S DE AYOTZINAPA

- Antonio Zavala

Joaquina García Velázquez rehúsa pensar en su hijo Martín Getsemaní Sánchez, uno de los 43 normalista­s de Ayotzinapa desparecid­os en 2014, en tiempo pasado. Toda referencia a él la hace en tiempo presente. Le pregunto cómo era su hijo.

“MI hijo es, porque todavía tengo la esperanza que esté vivo, inquieto”, me contesta Joaquina, “le gusta mucho el futbol, le va al Cruz Azul y es de las personas que…, yo no me explico por qué le pasó esto, el solo busca su bienestar porque nosotros somos familias de bajos recursos”.

Esta madre mexicana explica que su hijo Martin, de tan solo 20 años, tenía apenas dos meses de haber ingresaGR D OD (VFXHOD 5XUDO 1RUPDO Isidro Burgos, en Ayotzinapa, cuando ocurrieron los hechos la noche del 26 de septiembre del 2014 en la ciudad de Iguala, Guerrero.

“MI hijo solo quería sobresalir para no quedarse como nosotros, que trabajamos en el campo y si se da la cosecha comemos y si no se da pues no tenemos nada”, explica ella. “Es por eso por lo que Martín se fue a la escuela de Ayotzinapa a estudiar”.

Aunque el gobierno de México condujo, supuestame­nte, una exhaustiva investigac­ión en donde se presentó una “verdad histórica”, investigad­ores forenses de otros países después desmintier­on esa versión sobre la desaparici­ón de los 43 normalista­s.

El trágico caso aún no está esclarecid­o a plenitud y con transparen­cia. Este 26 de septiembre los padres de los normalista­s y sus simpatizan­tes volverán a exigir al gobierno que “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”.

Esta madre guerrerens­e dice con voz pausada: “Acusamos al gobierno de una desaparici­ón de estado” porque, según ella, “hubo policías y militares presentes en el momento de su desaparici­ón”.

Joaquina dice ser originaULD GH =XPSDQJR GHO 5tR HQ Guerrero, México, y relata que desde que ocurrió la desaparici­ón de los 43 estudiante­s ya nada ha sido igual para todos sus familiares.

“Nosotras dejamos trabajo, casa e hijos para que este caso se resuelva y no quede olvidado como otros casos”, dice ella.

Joaquina García Velázquez pasó por Chicago en octubre del año pasado cuando la entrevisté. Visitó la ciudad con una caravana de activistas de México, entre ellas otras madres de normalista­s de Ayotzinapa.

“Nomás tenemos la esperanza de andar alzando la voz para encontrar personas que nos ayuden a difundir todo esto que nos está pasando en nuestro país porque no somos los únicos, son una multitud de personas que están desapareci­das y hay muchas madres con el sufrimient­o de no saber dónde están sus seres TXHULGRV µ DÀUPy -RDTXLQD

“Yo les quisiera decir a todas esas personas que están involucrad­as con la desaparici­ón de nuestros hijos que queremos, pues, que nos los entreguen porque ya es demasiado tiempo que no hemos tenido respuestas y no nos vamos a cansar de acusar al gobierno que él tuvo algo que ver con la desaparici­ón de nuestros hijos,” concluyó esta activista.O

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GETTY El clamor para que sean devueltos vivos los 43 estudiante­s desapareci­dos persiste.
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