La Raza Chicago

De Franco Harris al milagro púrpura

- Ricardo López Juárez

El increíble touchdown de Diggs tiene a Minnesota a un paso de jugar el Super Bowl en su casa

Los Vikings de Minnesota han conseguido ponerse a sólo un triunfo más de ser el primer equipo de la historia en jugar un Super Bowl en su propio estadio, luego de haber eliminado a Nueva Orleáns el domingo en la ronda divisional.

El cómo lo lograron los Vikingos es lo que muchos nunca olvidarán.

La recepción de Stefon Diggs para una anotación de 61 yardas mientras el tiempo expiraba debe quedar archivada en la misma categoría GH ORV ÀQDOHV PiV GUDPiWLcos e increíbles de la historia de los playoffs.

Incluso, se puede decir que la jugada de Diggs tras el pase de Case Keenum es lo más parecido que ha ocurrido en un partido de postempora­da desde el 23 de diciembre de 1972, cuando tuvo lugar en Pittsburgh la madre de todas las jugadas increíbles.

En aquella ocasión, el novato de los Steelers, Franco Harris, convirtió en touchdown de 60 yardas una jugada en la que Terry Bradshaw lanzó un pase desesperad­o en cuarta oportunida­d.

El pase no pudo ser atrapado por Frenchy Fuqua debido al tremendo golpe propinado por el defensivo profundo de los Raiders de Oakland, Jack Tatum, a la altura de la yarda 35 del campo de los Raiders. Pero el balón salió rebotado en el aire y Harris lo atrapó justo antes de que tocara el suelo para luego escaparse pegado a la banda hasta la anotación.

Pittsburgh ganó 13-7 en un partido de ronda divisional y, propiament­e, ahí dio inicio la dinastía de los Steelers que dos temporadas después conquistar­ía el primero de sus cuatro Super Bowls de la década de los 70.

La jugada fue bautizada como “La Inmaculada Recepción” y al día de hoy todavía genera debate sobre su ejecución y la presunta ilegalidad de la misma.

A diferencia de aquella jugada de Harris, que fue un verdadero capricho del destino, la de Diggs fue posible debido a un grosero error.

Marcus Williams, un safety novato de los Saints, es el defensivo que le permitió a Diggs pasar a la historia. El corredor Alvin Kamara sale en una ruta hacia la zona de anotación, donde el pase perfecto de Drew Brees es atrapado en gran forma por el novato (arriba) para darles a los Saints su primera ventaja del partido (21-20).

Si Williams lo hubiera derribado, el tiempo se habría terminado. Si al menos lo hubiera sacado del campo, Minnesota hubiera necesitado conectar un gol de campo largo para ganar.

Williams, que llegaba de frente a la jugada, agachó la cabeza mientras Diggs atrapaba el pase por arriba.

“Era una jugada para que yo la hiciera. El balón estaba en el aire, no lo ataqué”, dijo el joven jugador, quien admitió que trató de evitar cometer una interferen­cia de pase. “Siento que estaba un poco antes, pero en ese punto tengo que hacer la tacleada”.

En Nueva Orleáns, pasará un buen rato antes de que la

derrota del domingo pueda ser asimilada. En Minnesota, por su parte, se siente como una redención.

Los Vikings han sufrido a lo largo de su historia muchas derrotas de infarto. Incluso en su último juego de campeonato de conferenci­a, casualment­e contra Nueva Orleáns en enero de 2010,

SHUGLHURQ WUDV XQ HUURU ÀQDO de su quarterbac­k Brett Favre, y claro, la patada fallada por *DU\ $QGHUVRQ HQ OD ÀQDO GH la temporada de 1998 contra Atlanta es una de las mayores tragedias de la NFL.

Para ser justos ya les tocaba ganar con una plegaria. Ya les tocaba hacer un milagro púrpura.O

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EFE El receptor Stefon Diggs, de Minnesota, no pudo contener la emoción tras darle a su equipo un triunfo increíble.
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