CARTA ABIERTA AL CONCILIO DE LA ESCUELA GARY EN LA VILLITA ¡TUS DERECHOS LABORALES! ¿
Estimados y honorables miembros del Concilio Escolar de la digna escuela Gary en la Villita. Digo digna porque lo es y también lo son sus maestros y todas las materias importantes que se estudian aquí.
Esta es una carta abierta a los miembros del concilio escolar y es una invitación a dialogar sobre el nombre que lleva su escuela.
No sé si ustedes, siendo hispanos y mexicanos, han tenido la oportunidad de leer algo sobre el juez Joseph E. Gary, pero pienso que debería ser un deber de ustedes aprender porque su interesante y noble escuela lleva ese controvertido nombre.
Gary nació en Potsdam, Nueva York, en 1821 y al crecer estudio leyes y practicó su profesión en varios lugares del país, incluyendo SprinJÀHOG 0LVVRXUL /DV 9HJDV y San Francisco para luego mudarse en 1856 a Chicago.
Este juez, para unos un paragón de virtud y para otros un villano, presidió el juicio de los Mártires de Chicago. Para refrescar la memoria ellos fueron AuJXVW 6SLHV 0LFKDHO 6FKZDE Samuel Fielden, Albert Parsons, Adolph Fischer, George Engel y Louis Lingg. Gary los condenó, después de un juicio que los historiadores reconocen que estuvo lleno de irregularidades, a la horca. A Oscar Neebe se le sentenció a 15 años de prisión.
Sobre Gary no vayan a creer que lo estoy inventando. No, la historia ya ha juzgado su trabajo y no hay duda que no fue un juez justo.
Verán ustedes en esa época, 1886, en Chicago se estaba luchando por la jornada de ocho horas. Algo que hasta hoy todos nosotros gozamos, gracias a los hombres que Gary condenó a morir. En un mitin en las calles Randolph y DesPlaines alguien lanzó una bomba. Hubo algunos heridos y muertos, pero a nadie se le comprobó nada. Parsons y otros ni siquiera estaban presentes en ese mitin laboral en donde se intentaba por primera vez poner un límite de ocho horas a las largas jornadas de trabajo.
Al revisar el caso, pocos años después, el gobernador de Illinois John Peter Altgeld revirtió las condenas de los que aún estaban vivos en prisión. Pero la furia de la reacción fue tanta que Altgeld perdió su puesto.
Este juez, que permitió a su alguacil seleccionar a los miembros del jurado, ponía objeción a los retos de la defensa e ignoró el hecho de que los acusados no estaban en la escena de los hechos, no creo que sea un buen modelo para los estudiantes. El juez Gary prácticamente condenó a morir a hombres inocentes cuya única culpa quizás fue practicar su derecho a la libre expresión, un derecho protegido de todo ciudadano.
Si ustedes son sensibles a la verdad y a la integridad deberán considerar renombrar a este excelente plantel por otro personaje que no lleve tanto equipaje dañado. Ni yo ni nadie los puede obligar a nada, eso solo puede venir de su conciencia y de lo que les dicte su sentido de justicia.
OCuantas veces te has encontrado en el trabajo pensando en tu día de descanso? Tal vez es porque la gran mayoría de personas en Estados Unidos que trabajan tiempo completo dedican un promedio de 46.7 horas a la semana, según encuestas realizadas por Gallup. Dado a que pasamos mucho tiempo en el trabajo, el trabajo se convierte en parte de nuestra identidad personal y social. Es por eso que el trato justo en el trabajo es muy esencial.
Si trabajamos en un entorno seguro donde somos tratados con respeto y donde somos libres de la discriminación, entonces podemos ejercer nuestra labor con más FRQÀDQ]D \ JDQDV 6LQ HPEDUgo, la realidad es que la discriminación, acoso y peligro en el trabajo continúan afectando a miles de personas.
¿Sabías que la discriminación puede ocurrir en los avisos de empleo, en la contratación y hasta en el despido? ¿Sabías que tu comportamiento en el trabajo hacia otros trabajadores también puede ser sujeta a leyes antidiscriminatorias si actúas en contra de o verbalmente acosas a alguien en base a su raza, sexo o género, orientación sexual o discapacidad? Sí, tal como existen los derechos, también existen las responsabilidades, y cada trabajador debe conocerlas.
Todos los trabajadores, documentados e indocumentados pueden y deben hacer valer sus derechos laborales. Si encaran un problema, pueden comunicarse con el Consulado de México o con el Departamento de Derechos Humanos del estado de Illinois (312)-814-6201, para obtener asesoramiento y recibir información sobre como presentar su queja.
¿Tienes más preguntas? acude al Departamento de Protección del Consulado General de México en Chicago a recibir asesoría personalizada o llama al número directo (312) 738-2023 de lunes a viernes entre 8 am y 1 pm.
Consulado General de México en Chicago
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