EL AMBIENTE POLÍTICO TÓXICO
La ola de paquetes explosivos enviados a críticos del presidente Donald Trump es una escalada del ambiente político divisivo que reina a poco más de una semana de la elección legislativa. Los blancos seleccionados responden a los individuos y organizaciones que el mandatario suele atacar despiadadamente en su oratoria ante sus votantes.
En menos de 72 horas se hallaron paquetes con bombas FDVHUDV HQYLDGDV DO ÀQDQFLVTA demócrata George Soros, a la familias Obama y Clinton, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al exsecretario de Justicia, Eric Holder, las congresista demócratas Maxine Waters y Debbie Wasserman Schultz y al exdirector de la Agencia Central de Inteligencia, John Brennan. A este último se le envió a la sede de la cadena CNN.
Trump, quien suele ser veloz y expresivo para responder desde su Twitter a los acontecimientos, cinco horas después de las primera noticias repitió el mensaje del vicepresidente Mike Pence con un escueto: “¡Estoy de acuerdo de todo corazón!”. Posteriormente el mandatario hizo un llamado a la unidad diciendo que la violencia política “no tiene lugar” en Estados Unidos.
La reacción presidencial es correcta. Lástima que las palabras de Trump parecen tibias ante su reiterada retórica de acusar a los periodistas de ser “enemigos del pueblo”.
Los ataques a la prensa, especialmente a CNN, durante los discursos de campaña ya tienen un sitio reservado para que un enfervorizado público exprese la hostilidad a los medios, alentado desde el podio.
Todavía en las reuniones populares de Trump se clama por la prisión de Hillary Clindos ton y Waters es una congresisWD FRQ XQ ´EDMR FRHÀFLHQWH GH inteligencia” que pide juicio político al presidente. En los círculos pro Trump se clama que Soros es un globalista – cuya crítica hacia él tiene mucho de antisemitismo– que paga por todo lo malo, hasta la caravana desde América Central, y Brennan es un traidor al que se le sacó el acceso a datos de inteligencia y CNN el peor enemigo.
No sería raro que la continua repetición de un mensaje que destila odio y resentimiento contra estos individuos haya llevado a uno o más desquicia- a querer actuar. Si en 2016 Edgar Madisson Welch, quiso rescatar a fuerza de fusil a los menores supuestamente abusados en una pizzería por los demócratas –según una falsedad difundida por seguidores de Trump– no debe sorprender que alguien quiera eliminar o al menos intimidando a los críticos del presidente. El tono del discurso político tiene impacto y consecuencias.
Todo es especulación hasta que las autoridades resuelvan el caso. De lo que no cabe duda es que hay puntos en común entre el discurso de Trump, los blancos elegidos y la precariedad de los explosivos que denota un terrorismo amateur y FDVHUR (VR HV VXÀFLHQWH SDUD preocupar mucho a todos.o