La Raza Chicago

Legislador­es de Illinois exigen que funcionari­os de protección infantil mejoren servicios para familias Hispanohab­lantes

- Duaa Eldeib y Melissa Sánchez PROPUBLICA ILLINOIS

Funcionari­os estatales dicen que quieren contratar más empleados bilingües y reclutar más familias de acogida hispanohab­lantes

Legislador­es de Illinois y activistas han pedido a funcionari­os de protección infantil que cumplan mejor con una orden judicial federal relativa al servicio a familias hispanohab­lantes, un asunto que dicen que se ha hecho más crítico porque el miedo de los inmigrante­s a interactua­r con agencias gubernamen­tales ha aumentado.

Los llamamient­os son una respuestaa una investigac­ión de Propublica Illinois el mes pasadoque descubrió que el Departamen­to de Servicios para Niños y Familias (DCFS por sus siglas en inglés) durante décadas ha violado repetidame­nte una orden judicial federal de 1977 que requiere que la agencia proporcion­e servicios a familias latinas en su primera lengua [el español].

“Los detalles revelados por estos reportajes son desgarrado­res, simple y sencillame­nte”, dijo Tammy Duckworth, senadora demócrata de Illinois, en un comunicado. “No se le tendría que quitar jamás a ningún niño la oportunida­d de comunicars­e con sus padres como resultado de las acciones de una agencia gubernamen­tal que pretende ser su defensora, y es claro que el DCFS tiene que mejorar antes de hacer más daño a todavía más niños que no han hecho nada malo”.

El director en funciones del DCFS, Marc Smith, que fue nombrado por el gobernador J.B. Pritzker en abril, dijo que la administra­ción

ha diseñado reformas, entre ellas contratar a más trabajador­es bilingües, reclutar a más familias de acogida hispanohab­lantes y modernizar la tecnología para monitorear mejor si los hijos de padres hispanohab­lantes son asignados a hogares de acogida donde se habla español.

Sara Feigenholt­z, representa­nte estatal demócrata de Chicago, citó el reportaje de Propublica Illinois en una carta a Smith esta semana pidiendo un cuadro más claro de los pasos que la agencia está tomando para cumplir con la orden de la corte. Dice que activistas para el bienestar infantil y otros le han descrito cómo padres están siendo presionado­s para renunciar a su derecho a que sus hijos sean ubicados en casas de acogida hispanohab­lantes y están siendo informados que pedir un asistente social hispanohab­lante podría demorar la UHXQLÀFDFL­YQ FRQ VXV KLMRV

“Estos son nuestros hijos”, dijo Feigenholz. “No son niños desechable­s”.

Feigenholz enfatizó la difícil situación de familias indocument­adas. En su carta del 15 de julio escribió que muchas están “asustadas y reacias a interactua­r con el DCFS porque les preocupa la posibilida­d de que se descubra su estatus migratorio y se les señale para ser deportados”.

La investigac­ión de Propublica Illinois contó la historia de Jorge Matías, un padre guatemalte­co indocument­ado cuyo idioma principal es el español. El DCFS colocó a sus hijos en una casa de acogida donde solo se habla eslovaco. Los niños, cuya madre sufre una adicción a la heroína, fueron puestos bajo custodia del estado después de nacer con drogas en sus sistemas.

Durante años, el hermano y la hermana crecieron hablando eslovaco y no fueron capaces de comunicars­e con su padre, quien fue deportado el otoño pasado pero está luchando para conseguir la custodia.

El inspector general del DCFS concluyó más tarde que hubo un patrón de discrimina­ción contra Matías, sosteniend­o que fue presionado para renunciar a sus derechos. La orden judicial federal, que se llama Burgos por el nombre de la familia involucrad­a en la denuncia original, requiere que el estado asigne hijos de familias hispanohab­lantes a casas de acogida donde se habla ese idioma y facilite asistentes sociales y otros servicios en español a sus familias.

Propublica Illinois determinó que ha habido aproximada­mente 300 violacione­s de la orden Burgos desde 2005, aunque este número es casi segurament­e bajo, dado que durante cuatro décadas el DCFS ha repetidame­nte fallado en documentar adecuadame­nte la raza, etnia y preferenci­a lingüístic­a de las familias. El hijo de cinco años GH 0DWTDV SRU HMHPSOR ÀJXUD en el archivo del DCFS como blanco, no-hispano y angloparla­nte. Los archivos de la agencia sobre si los asistentes sociales hablan español también tienen defectos.

/D FODVLÀFDFL­YQ HUUYQHD GH familias y asistentes sociales hace casi imposible que el DCFS determine sistemátic­amente si está cumpliendo con la orden judicial, como mostró el reportaje de Propublica Illinois.

El DCFS dejó de usar exenciones que permitían a los padres renunciar a sus derechos recogidos en la orden Burgos después de las medidas legales emitidas por las cortes federales a principios de los años 90. Pero Propublica Illinois encontró que los formulario­s que determinan la preferenci­a lingüístic­a siguen siendo problemáti­cos. Hoy, algunos padres cuyo idioma principal es el español terminan renunciand­o a sus derechos a través del formulario, como en el caso de Matías. Smith dijo que está trabajando para asegurar que los asistentes sociales estén adecuadame­nte entrenados sobre el objetivo del formulario, pero se negó a decir si la agencia tenía planes para deshacerse de él o implementa­r protocolos adicionale­s para evitar su mal uso.

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