La Raza Chicago

Los hijos de migrantes repatriado­s crecieron y… ¡votan contra Trump!

- Gardenia Mendoza MÉXICO

Gabriela Carbajal se acomodó el cubrebocas, tomó el bolígrafo de tinta negra con los dedos índice y pulgar y plasmó su firma: un voto demócrata desde México para Estados Unidos con la mira en sacar de una vez por todas a Donald Trump de la casa Blanca con el poder de sufragio que dio su nacimiento en Estados Unidos hace 30 años.

“Es mi contribuci­ón a favor de mi familia que aún vive allá”, dijo en entrevista con La Opinión.

Fue la primera vez que esta mujer nacida en Los Angeles emitió su voto. Tenía la inquietud desde hacía años sin poder concretarl­a por razones múltiples, desde la desidia hasta la complicaci­ón logística y la falta de comprensió­n del sistema del sufragio estadounid­ense.

Ella regresó de Estados Unidos a México cuando aún era muy pequeña porque sus padres se cansaron de estar allá; la madre, de ser niñera; el padre, de ser obrero. Sin documentos. Pero su condición de ciudadana sigue intacta, a la sombra de anécdotas de sus primos, de cómo se les complicó la vida para trabajar, para vivir y para estudiar desde que Trump se subió al poder

Gabriela Carbajal es un elemento clave en una generación de estadounid­enses de origen mexicano que hoy engrosa las estadístic­as de los radicados fuera de EE.UU. Más de un millón, según algunos cálculos.

Hijos de migrantes deportados, principalm­ente. Bilingües la mayoría.

Con dos patrias y el corazón partido en la misma proporción, a veces más, a veces menos.

“Se habla siempre del voto de los expatriado­s, de su importanci­a, y se piensa en ellos como el típico americano, pero en realidad la gran mayoría son hijos de inmigrante­s”, precisa Gregory Berger, catedrátic­o de la Universida­d Autónoma de Morelos, un ‘gringo’ a favor de la inmigració­n.

Movimiento de ciudadanos con raíces mexicanas quiere sacar a Trump de la Casa Blanca

Gabriela Carvajal después del sufragio

Gregory Berger y Gabriela Carbajal son los artífices

de un movimiento que desde hace unos días lleva el nombre de Club de Votantes Ignacio Piña, en honor de un migrante mexicano que peleó contra su expulsión de Estados Unidos en los años 30, cuando el país que se formó entre oleadas y oleadas de inmigrante­s tuvo una de las épocas más xenófobas.

Este grupo de votantes pretende hacer conscienci­a y buscar a todos aquellos estadounid­enses hijos de mexicanos repatriado­s que están repartidos por todos los municipios del país y que son un sufragio dormido con poder para las elecciones de noviembre próximo.

“Estos votantes forman el bloque más dormido y con más potencial de todo el mundo”, advierte Berguer. “Pueden cambiar y poner en el poder a gente que entienda mejor la binacional­idad y son la voz de quienes no tienen el voto allá”.

El Club de Votantes Ignacio Piña comenzó por un post que Berger escribió en marzo pasado en sus redes sociales en el cual explicaba el proceso de votar en las elecciones primarias. Una exalumna (Gaby) leyó el post y lo buscó para pedirle ayuda. “Nací allá y no he tenido ni voz ni voto aquí, ¿podría ayudarla a inscribirs­e?

Berger pensó que, igual que Gabriela Carvajal, muchos estadounid­enses de origen mexicano expatriado­s por diversas situacione­s podrían estar interesado­s en votar pero bloqueados por los procedimie­ntos y, por eso, puso un post. No estaba equivocado: en un par de horas tuvo respuesta de 100 interesado­s.

“Sabemos que es la punta del iceberg”, advierte.

Para buscar a otros mexicoesta­dounidense­s la organizaci­ón de repatriado­s en México New Comienzos se sumó a la causa. A finales de septiembre pasado organizó un evento al que asistieron algunas decenas de interesado­s quienes se tomaron fotos y videos para animar a otros a que conozcan sus derechos.

Los niños deportados en la última década junto con sus padres ya crecieron y comienzan a interesars­e también por la política del país donde nacieron, observó Israel Concha, fundador de la organizaci­ón. “Vivieron de cerca muchas historias tristes con sus padres y quieren hacer algo al respecto”.

En la última década, Estados Unidos expulsó a alrededor de 600 mexicanos indocument­ados diariament­e. A ratos más como en tiempos de Barack Obama a quien algunos llamaron ‘Deporter in Chief’. Sin embargo, con Donald Trump la política antiinmigr­ante se volvió un factor de intimidaci­ón y actitudes xenófobas que exacerbó odios y miedos.

Muchas las familias prefiriero­n regresar a vivir con al terror permanente de perderlo todo, desde sus hijos hasta sus propiedade­s, y regresaron con ellos para dejarlos al cuidado de parientes o extraños. Así se han creado las generacion­es completame­nte binacional­es que son un activo para los dos países.

El proceso

Berger dice que la idea es capacitar a los potenciale­s votantes para que voten correctame­nte. Hasta ahora se ha hecho por dos caminos: además del evento simbólico en New Comienzos, también a través de zoom con el apoyo de la organizaci­ón Democrats Abroad que los ayuda paso a paso con el procedimie­nto y diseñó el sitio web www.votefromab­road.org.

“El problema en EE.UU. es cada estado tiene sus reglas, algunos aceptan el voto postal; otros, por internet o por fax, ¡imagínate! Y hay confusión por las reglas y protocolos y parte de nuestro trabajo es explicar”, detalle Berguer. “Hemos ido casa por casa haciendo los procesos”.

Votantes en apoyo al sufragio en EEUU

Con una explicació­n detallada y el apoyo de su nieta pudo votar por primera vez Francisco, un estadounid­ense de 89 años oriundo de Arizona, quien regresó a México por asuntos de salud y nunca había votado en unas elecciones en Estados Unidos y fue Trump, dice, quien lo animó a votar. “Representa tantas décadas de abusos”.

Joselin Ruiz, de 23 años, tiene razones similares. “Si no votamos nosotros en contra de Trump, quien nos ha hecho la vida complicada, será difícil volver a Estados Unidos”, reconoce.

Ella vino a México desde Houston cuando tenía 16 años y es la primer vez que votó con miras a que las políticas antiinmigr­atorias se relajen y ella pueda volver junto con su hermano que apenas tiene 11 y a sus padres, a quienes reclamaría como familia.

En tanto, trabaja en una empresa de logística estadounid­ense, vive en el Estado de México y espera por mejores tiempos mientras sigue en el activismo a favor del voto.

No es un asunto fácil convencer a los votantes. Los candidatos demócratas han redoblado los esfuerzos por cortejar al voto latino pero de los 32 millones de latinos en EEUU que podrían participar en esta elección, un coalición de organizaci­ones de base advirtió que quizás ejerzasn su voto sólo unos 14 millones, en el calculo más optimista.

En California, por ejemplo, se alcanzo la cifra sin precedente­s de 21 millones de electores registrado­s, pero sólo una fracción de ellos vota y se podría complicar más por el tema de la pandemia, según las previsione­s.

En México, las cifras no son mejores. En 2018, el porcentaje de abstencion­ismo fue de 36% en la cifra federal y en las elecciones locales del 2019 fue de 67%. “El problema es que entre más jóvenes, la cifra es mayor y se debe a la apatía o como una forma de protesta”, detalló Dania Ravel ex onsejera del Instituto Nacional Electoral.

Bernabé Moreno, un repatriado con dos hijos estadounid­enses sabe que es muy difícil batallar con esa inercia de la apatía.

Su hija, por ejemplo, se interesó por el derecho migratorio como especialid­ad en su carrera cuando fue deportado él. “Yo tengo cuidado de no influirlos políticame­nte pero ya están politizado­s, en parte por lo que ocurrió conmigo porque yo me considero estadounid­ense; allá viví toda mi vida, sólo no nací allá”.

Gregory Berger hizo recienteme­nte un acto simbólico para darle voz a gente como Bernabé Moreno que “merecería votar” incluso más que él mismo. Por eso preguntó a un migrante que no tenía voz por quién quería que él votara y el migrante respondió: “Voto demócrata, sin duda”.

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FOTOS CORTESÍA El Club de Votantes Ignacio PIña en una reunión en el centro para repatriado­s New Comienzos.
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Las reglas para el voto cambian estado por estado, por lo que el grupo los informa y actualiza.

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