LO QUE ESPERAMOS DEL NUEVO GOBIERNO EN MATERIA DE INMIGRACIÓN
La victoria demócrata en la pasada elección presidencial podrá dar fin a la política xenófoba y racista del gobierno saliente respecto a la inmigración.
Esperamos que Joe Biden como presidente dé fin a la política de incitación y mentira de Trump, así como al drama de niños separados de sus padres y enjaulados. Que impulse el esfuerzo federal para localizar a los padres de 600 infantes cuyas huellas el gobierno actual ha perdido, para reunificar a esas familias. Que signifique el último suspiro de la quimera del muro fronterizo, que nunca tuvo utilidad y fue un ariete ideológico y propagandístico.
Que termine el intento de anular el programa DACA y de deportar a los Dreamers. Que anule la política de “tolerancia cero” para familias migrantes, porque cada una representa casos diferentes. Que deje de rechazar a quienes legalmente comparecen en la frontera para pedir asilo.
Que detenga el uso de ICE como fuerza represiva contra aquellas familias inmigrantes que en todo el país contribuyen a nuestra sociedad, pagan sus impuestos e incluso sirven en nuestra fuerzas armadas. Y que frene la obstaculización de la inmigración legal.
La situación no ha cambiado básicamente desde 2008. Viven entre nosotros 11 millones de indocumentados que aspiran a integrarse plenamente al país.
El periplo que iniciará el 20 de enero amenaza con ser de confrontación partidista y bloqueo de las iniciativas presidenciales, lo que podrá mitigarse si los demócratas ganan los dos escaños senatoriales en juego en elecciones de segunda vuelta en enero en Georgia y con ello controlan ambas cámaras del Congeso. Pero en el tema migratorio el nuevo gobierno podría llegar a puntos en común con varios senadores republicanos.
Una reforma de las leyes de inmigración será imposible sin la cooperación de al menos parte de estos, porque para pasar una resolución tal se requieren 60 votos en el Senado, y los demócratas tendrán, en el mejor de los casos, 50.
Y la reforma migratoria debería ser una aspiración de ambos partidos y una oportunidad de reducir las confrontaciones.
Pero incluso sin apoyo republicano, Biden como presidente podrá cambiar sustancialmente la situación por medio de decretos presidenciales. Así lo hizo Trump muchísimas veces.
Entonces, además de revertir las peores decisiones de Trump, Biden debería anular la amenaza de deportación que pende sobre los Dreamers, para que gradualmente se conviertan en ciudadanos que contribuyan a la grandeza de la nación.
Asimismo, podría aumentar la tasa de refugiados para ayudar a aliviar los desastres humanitarios que se sufren en muchos lugares del planeta. Podría establecer nuevas guías para las deportaciones, incluyendo congelarlas temporalmente mientras define su política. Debería ordenar a los miembros de las unidades en el Departamento de Seguridad Interna que respeten al inmigrante y limitar los campos de detención migratoria, especialmente aquellos en manos de empresas privadas que rechazan el control externo.
Esperamos del nuevo gobierno un alivio a la angustia de esos últimos cuatro años y también una actitud compasiva y solidaria hacia los incontables inmigrantes que cada día, como trabbajadores esenciales, enfrentan la pandemia de covid-19 y ayudan a sus comunidades pero no son elegibles para ayuda federal. Y que no desilusione a la comunidad latina que en su mayoría lo ha apoyado y merece un cambio positivo.l
Fundada en 1970 Publicación de
La Raza Chicago, Inc., una compañía de impreMedia Operating Co. LLC
605 N. Michigan Ave. 4th Floor Chicago, Illinois 60611