Néstor Correa:
truir estos camiones, ni tampoco lo hacen para venderlos al público. Ellos dicen que su negocio es preparar y vender comida, lo que han hecho por años en su restaurante ‘La Humita’, y a causa de la restricción de operaciones de esos establecimientos a causa de la pandemia esos negociantes unieron sus habilidades y sobre todo las ganas de salir adelante para emprender este segundo proyecto que inició a finales de marzo.
Los hermanos Correa obtuvieron una línea de crédito de $10,000 de la organización Acción y se valieron de préstamos familiares para completar el proyecto. El costo total para fabricar su segundo camión de comida ambulante ha sido $65,000.
El querer invertir en un segundo camión ambulante en plena pandemia surge del éxito alcanzado en su primer emprendimiento, cuyo concepto se enfoca en la venta de comida rápida.
Hace cuatro años decidieron emprender ese nuevo negocio y vender comida en su primer camión ambulante. “La Humita on Wheels ha sido nuestro plan b, lo que nos está sacando adelante”, destacó Néstor Correa.
Cuando manejaba el camión de comida en uno de sus tantos viajes por los edificios del centro de Chicago, Néstor junto a su hermano Ulpiano y su hijo Alan se dieron cuenta de que la comida ecuatoriana allí no tenía mucha acogida. Así que comenzaron a ver quiénes eran sus potenciales comensales y qué les gustaba a ellos.
Decidieron cambiar el menú en su camión de comida ambulante pero mantuvieron un producto que los distingue y que tienen como logo en todos sus emprendimientos: el choclo, como le llaman muchos sudamericanos al elote.
Introdujeron carne estilo halal porque vieron que sus más asiduos compradores son árabes, indios, paquistaníes, iraquíes y de otros países que practican la religión musulmana y viven en esos edificios.
Halal, palabra de origen árabe que significa permitido y se usa en la comunidad islámica para referirse a todas aquellas acciones y comidas que son aceptadas en la práctica religiosa musulmana.
En su menú también incluyen tacos, sándwiches y cenas con pescado, carne de res y pollo estilo halal con frijoles y ensalada, además de empanadas y el clásico elote presentado al estilo mexicano con queso, mayonesa y chile, lo que ha sido un rotundo éxito, dicen estos emprendedores.
La chef es María Correa, esposa de Néstor. Ella deja todo listo para que salgan a vender en el camión de comida, los siete días de la semana.
Los hermanos Correa venden $500 dólares diarios, lo que dicen es un triunfo para ellos, sobre todo en esta época de pandemia.
Néstor Correa se estaciona frente a edificios de apartamentos y dice que el administrador envía un correo electrónico avisando de ello y los que quieren bajan a comprar comida. Se le ocurrió esa idea de ir a esas viviendas y le está funcionado, porque la mayoría trabaja desde casa a causa del covid-19, menciona. “Hemos adquirido una clientela más amplia, el mismo taco que nos compra el mexicano nos lo compra el musulmán, porque es de carne estilo halal”.
Néstor Correa recibe capacitación en el programa Academy Business Community (CBA) de Sunshine Enterprises, que también lo asesora en el proceso de reinvención de sus negocios.
Los Correa dicen que después de una reunión familiar identificaron las fallas que tuvieron en su restaurante ecuatoriano: la falta de mercadotecnia. Es decir, necesitaban mayor presencia en las redes sociales para promocionar el restaurante y ver qué es lo que más demanda había en el mercado.
El capacitarse le ha dado a Néstor mayor seguridad en sus ideas y estrategias para que junto a su hermano tomen el próximo paso: la reinvención que surgió en medio de la pandemia. “La pandemia y el capacitarme me han hecho más fuerte, más seguro y más visionario para el negocio, tengo más
“La Humita on Wheels ha sido nuestro plan b, lo que nos está sacando adelante”.
seguridad en mis proyectos. Nuestra reinvención constará de transformar ‘La Humita’ en un restaurante de comida rápida, que venda lo mismo que se prepara en el camión de comida ambulante”.
Los hermanos Correa son propietarios del restaurante ecuatoriano La Humita que opera desde 2003. Este negocio se ubica en pleno corazón del barrio de Old Irving Park, en el noroeste de Chicago.
Tenían un menú de comida ecuatoriana variada, pero en busca de mejoras y de prosperar en el negocio hicieron un cambio en la presentación de sus platillos en 2017. La innovación consistía de una piedra volcánica con base de madera -tipo parrilla- en la que colocaban la carne, el pollo y el pescado a temperaturas altas de 600 a 700 grados y luego la ponían en la mesa al cliente, para que las piezas las cocinaran al gusto.
El restaurante no estaba teniendo el éxito que tuvo en sus inicios, mencionaron los hermanos Correa, pero podían cubrir todos los pagos, como la hipoteca, los servicios públicos y el sueldo al personal.
“No había últimamente ganancia, sólo se mantenía el negocio, pero con la pandemia del coronavirus no entró nada de dinero, eso originó pérdidas muy altas”, dijo Néstor Correa.
Con el propósito de prevenir contagios, el gobernador de Illinois JB Pritzker, emitió la orden de permanecer en casa para todo ese estado el pasado 21 de marzo. Aunque los hermanos Correa reconocen que esa decisión estatal era necesaria para frenar el covid-19 dijeron que “eso nos acabó”, “nos exterminó”, haciendo referencia a su restaurante.
Luego de que se permitiera a los restaurantes ofrecer órdenes para llevar y de entrega a domicilio, los Correa no pudieron ofrecer esos servicios porque no funcionaban con el estilo de comida que presentaban en el menú de su restaurante, que consistía en cocinar las carnes al momento exclusivamente sobre una piedra volcánica a altas temperaturas. “Esta es una comida fresca, que se cocina en la mesa con la piedra volcánica”, dijeron.
Al relajarse las restricciones para los negocios de comida en Chicago y permitir cierto porcentaje de comensales en el interior de los establecimientos en mayo pasado, a los Correa tampoco les fue rentable abrir por el espacio reducido que tiene su restaurante y por la escasez de clientela a causa del covid-19.
El restaurante La Humita se encuentra temporalmente cerrado, debido a la pandemia, indicaron sus propietarios.
Néstor y Ulpiano trabajaron en la rama de la hospitalidad desde que emigraron de Quito, Ecuador, a Estados Unidos, en la década de 1980. Néstor fue lavaplatos y mesero y Ulpiano portero de un prestigioso hotel del centro de Chicago.
“Quería tener mi propio restaurante de comida ecuatoriana, trabajar sólo 15 años en el hotel. Mi hermano y yo compramos el edificio en el 2000 y abrimos La Humita tres años después. Se cumplió nuestro sueño”, contó Néstor.
Un sueño que en un abrir y cerrar de ojos se desmoronaría, pues estaban al borde de la quiebra en medio de la pandemia, lo que implicaba que no sólo se quedarían sin el restaurante sino que también perderían el edificio que con tanto sacrificio lograron comprar. “Este es un negocio de familia, en mi casa no había otra entrada que no sea La Humita. La Humita pagaba todo”, mencionó Néstor Correa en entrevista con La Raza.
“Lo primero de un buen negociante y de alguien que le gusta trabajar y superarse es aceptar la realidad que tiene. Hay personas que están mal, pero ante la gente quieren aparentar que no pasa nada. Nosotros somos muy abiertos, si estamos mal no lo ocultamos. La cuestión es reconstruirse, renovarse y salir adelante”, destacó Correa.
Dado el éxito del primer camión de comida ambulante, Néstor dice que aplicará el mismo concepto para su futuro emprendimiento y asegura que el segundo camión de comida que viene construyendo con su hermano Ulpiano los ayudará no sólo a saldar sus deudas sino que traerá nuevos aires al negocio. “He aprendido a cortar la carne, el pollo y los vegetales. La necesidad nos ha obligado y tenemos una visión y un objetivo de negocio, que estamos a punto de sacar de nuevo, que nos va a poner donde estábamos antes, en la cima, como antes”.
Al igual que los Correa, dueños de negocios en medio de la pandemia de covid-19 han decidido reinventarse y como parte de ese proceso están buscando capacitarse en diferentes organizaciones, cámaras de comercio y centros de negocios locales.
En algunos centros de negocios no ofrecían programas en español y la mayoría de estudiantes sólo eran de ciertas áreas de Chicago, pero con la pandemia esos lugares de capacitación también han tenido que reinventarse y mover sus clases presenciales a plataformas virtuales, brindar clases bilingües y expandir sus cursos a distancia en todo Chicago y suburbios.
Debido al covid-19, en Sunshine Enterprises, un centro de negocios con oficinas en Woodlawn, Lawndale y West Evanston, se decidió por primera vez expandir sus servicios a la comunidad hispana ofreciendo clases en español y en línea desde septiembre pasado.
Ese centro de negocios tie