De cada 100
personas sufre insuficiencia alimentaria.
mostrar una realidad que se conocía pero que nunca había sobresalido tanto con tanta crudeza, la profunda desigualad sobre la que se apoya.
El virus ha sido cruel desde el punto de vista médico con las personas de salud más vulnerables.
Y también las consecuencias económicas del Covid han sido más duras con los que partían con una condición subyacente de vulnerabilidad como bajos salarios, escasos ahorros, falta de seguro médico, viviendas pequeñas para familias extensas y escasa protección social o ninguna. Muchos de ellos dejaron de trabajar durante meses y siguen trabajando menos horas.
Otros han estado más expuestos al virus ya que a muchos de los más vulnerables económicamente también se les ha considerado como trabajadores esenciales y presenciales.
Muchos de los trabajadores esenciales han tenido que dejar sus casas y apartamentos para atender unos empleos que han permitido que, por ejemplo, siga habiendo comida en los supermercados, haya funcionado el transporte público y se hayan limpiado los hospitales a rebosar de enfermos.
Esenciales pero vulnerables y mal pagados. Es la cruel ironía que deja esta pandemia.
En este sentido ha habido una intersección entre la situación económica y la raza o etnia que ha hecho que los latinos y los negros sean doblemente víctimas ya que son los que normalmente tienen estos empleos.l