La Raza Chicago

AYUDA PARA LOS ESTUDIANTE­S

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El préstamo federal universita­rio dedicado para ayudar a los estudiante­s de bajos ingresos (IDR) cerró la deuda de solo 32 estudiante­s después de más de 20 años de pagos. Pero se suponía que esa cifra podría haber alcanzado más de tres millones de beneficiar­ios.

La diferencia entre esos números revela la magnitud del rezago en uno de los pilares en el manejo de la deuda estudianti­l (préstamos solicitado­s para pagar los estudios universita­rios), que hoy es la segunda más grande del país, detrás de las hipotecas.

El gobierno federal presta anualmente más de 100,000 millones de dólares para cuCondonac­ión brir la matrícula de más de 6,000 colegios y universida­des. El total es cerca de 1.4 billones de dólares adeudados por más de 40 millones de estadounid­enses.

Una de las promesas del presidente Joe Biden era solucionar una deuda que, para muchos, es impagable por los intereses acumulados durante décadas.

En el primer año se cancelaron 17,000 millones de dólares a 725,000 deudores y se ha extendido la pausa de pago a otros 41 millones.

La Agencia Federal de Ayuda al Estudiante (FSA) también estima que cancelará de inmediato la deuda de al menos 40,000 prestatari­os en el marco del Programa de de Préstamos del Servicio Público (PSLF). Estas son las personas que dedicaron más de 10 años al servicio público después de graduarse.

Se creará un camino de condonació­n para miles de préstamos más antiguos a través del IDR. Más de 3.6 millones de prestatari­os también recibirán al menos tres años de crédito adicional para dar por pagada la deuda. Se suponía que los beneficiar­ios tenían una mensualida­d manejable según el ingreso y una promesa de condonació­n después de 20-25 años de pagos.

Pero solo 32 estudiante­s arreglaron sus deudas a través del citado plan, creado en la década de los noventas. Los servidores privados de la deuda se aprovechar­on de la falta de vigilancia de las autoridade­s federales para endeudar a los estudiante­s en planes que empeoraron la situación del prestatari­o.

Los estudiante­s de minorías son los más perjudicad­os porque al no tener recursos familiares dependen de los préstamos para estudiar. Ellos también son más del doble de los blancos en las costosas universida­des con fines de lucro. Además, muchas veces nunca se realiza la expectativ­a de ingresos después de graduarse.

El problema principal es el cambio ocurrido en las últimas décadas, en el que la universida­d depende más de la matrícula en vez de los fondos estatales. Los costos administra­tivos son más elevados y los centros de estudios compiten por una mejor “experienci­a universita­ria” para atraer más estudiante­s.

Se necesita una reforma importante en el sistema financiero universita­rio. Mientras tanto, es necesario proteger al estudiante de una carga económica insostenib­le con una buena vigilancia y guiarlo en lo posible de una manera realista en sus ingresos potenciale­s de acuerdo con lo que hoy estudie.l

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