LA ÚNICA SOLUCIÓN MIGRATORIA ACTUAL
En las últimas semanas, la administración del presidente Joe Biden inició una serie de acciones que vuelven a poner énfasis en la búsqueda de soluciones a la aguda problemática migratoria en la frontera sur.
Sus acciones constituyen un giro de la política oficial anterior de pretender prevenir que el tema persistiera en los titulares.
Biden ahora reconoce que hay un “número histórico de migrantes que huyen de la opresión política y la violencia de las pandillas”.
Poca cooperación tiene del lado republicano, donde la situación es magnificada a la categoría de “invasión”, con una actitud xenófoba, alarmista y carente de soluciones.
Así, el 5 de enero, el mandatario pronunció un discurso dedicado al tema de la inmigración en el que anunció una serie de medidas.
Entre otras, que EEUU comenzaría de inmediato a rechazar a los provenientes de Cuba, Haití, y Nicaragua además de Venezuela, que crucen ilegalmente la frontera sur. México acordó recibir hasta 30,000 migrantes por mes provenientes de esos países y rechazados en la frontera.
Migrantes de esos países son la mayoría del aumento en los cruces fronterizos. Y es sumamente difícil devolverlos a sus países de origen.
Por esa razón, y en lugar de aceptar solicitudes en la frontera, Washington “aceptará a 30,000 personas por mes de las cuatro naciones durante dos años siempre que vengan legalmente, tengan patrocinadores elegibles y pasen la investigación y la verificación de antecedentes”.
Posteriormente, Biden fue la frontera, para, dijo, “evaluar las operaciones de control fronterizo”. También viajó a México, donde se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador y con el premier canadiense Justin Trudeau, para entre otros, tratar el tema migratorio.
En este sentido, la administración no espera el veredicto final de la Corte Suprema sobre la vigencia del Título 42, la orden de salud pública de la era de Trump que permite a las autoridades rechazar a solicitantes de asilo con la excusa de que podrían propagar el covid-19. El gobierno dice que la quiere anular. La decisión podría llegar recién en junio.
Los cambios lograron el objetivo de reducir el arribo de personas que tratan de cruzar de 7,000 encuentros diarios a 4,000. Esto le confiere a la administración un lapso durante el cual debe desarrollar ideas a largo plazo.
Parecería que se comienza a comprender que esas soluciones pasan por atender las crisis políticas y económicas que sufren los países de origen. Atacar las causas, las raíces del problema migratorio, lo que exacerba la corriente de emigrantes que tratan de venir a Estados Unidos aunque preferirían quedarse en sus casas.
Estimular las economías centro y sudamericanas para generar fuentes de trabajo y erradicar la violencia es siempre más conveniente que montar un aparato represivo contra los migrantes.
Y parece también más asequible que una reforma migratoria aquí, que solo puede ser bipartidaria y que en las condiciones políticas actuales no parece factible.l