Latinos no protestamos contra abusos
Son muy divulgados en medios en inglés y en español, los casos de ciudadanos afroamericanos víctimas de abuso policial, pero no ocurre lo mismo con los casos hispanos. En lo que va del 2015, ciento un latinos -veinte de ellos desarmados- murieron a manos de agentes del orden, según The Guardian.
Aparte de las manifestaciones desatadas luego de la balacera que acabó con la vida de Antonio Zambrano-Montes en Pasco, Washington, y de las consecuentes quejas del gobierno mexicano, muchos otros casos no propiciaron reacciones parecidas.
¿Por qué habiendo víctimas de abuso policial en la comunidad latina, los hispanos de EEUU no hemos organizado un movimiento similar al de Black Lives Matter? Quizá porque somos un grupo más complejo o porque nos hace falta ser más solidarios y participativos.
Alberto Gutiérrez, profesor de Estudios Chicanos en CSU Northridge afirma que “La comunidad latina inmigrante ve todos estos casos como si fueran aislados sin conexión alguna entre ellos. No somos una comunidad homogénea que pueda expresar su voz. Casi dos tercios de la comunidad son menores de 18 años e indocumentados”.
Agrega Gutiérrez, que si bien en años recientes ha aumentado la cifra de latinos electos a algún cargo público, los que llegan al poder no siempre se preocupan por las necesidades de la población Latina. “Uno de los principales problemas que tenemos es que los líderes latinos son cobardes y para ellos la meta solo es ser el próximo gobernador, alcalde o el primer latino en algún rango político. Prueba de ello es la falta de presencia de líderes latinos cuando muere alguien de esta comunidad”.
Para Ariana Hernández-Reguant, antropóloga de la Universidad de Miami, somos una comunidad dispersa y no sentimos la misma solidaridad que existe entre los afroamericanos, “lo único que nos conecta es un idioma y cierta nostalgia. Todos somos diferentes, tenemos motivaciones distintas y grandes diferencias históricas, culturales, geográficas y sociales. No hay unión ni siquiera en cuestiones de inmigración”.
Otro aspecto que impide la protesta ante el abuso, es el miedo a ser deportado. No tener un estatus migratorio legal mantiene latente el temor y obliga a mantenerse oculto, a pasar desapercibido. Conducir sin licencia causa terror, por lo tanto, es impensable acudir a manifestaciones contra la policía. Incluso, la comunidad es reticente a acudir a la policía, aunque sea víctima de un crimen, por temor a las autoridades migratorias.
Alberto Retana, director de Community Coalition del Sur de Los Ángeles afirma que otro de los motivos es que en los medios de comunicación en español falta cobertura de los casos de abuso policial contra los latinos. “Se enfocan en temas de inmigración, novelas y asuntos internacionales de nuestros países”.
“Los principales medios de comunicación no han puesto tanta atención a estos casos de brutalidad policial”, dijo María Brenes, directora ejecutiva de Innercity Struggle, “entonces los hispanos no han entendido lo que está pasando ni la importancia unirnos para protestar”. Ella cree que la esperanza puede estar en los jóvenes, que han creado movimientos sociales, como “Dreamers” .